En plena batalla de España por profundizar en la recuperación económica, el sector turístico se alza como una de las grandes bazas para Galicia en general y para la Rías Baixas muy en particular.
El sector en la provincia de Pontevedra no solo ha recuperado con creces los niveles de visitantes y cifra de negocio del año 2019, último antes del estallido de la pandemia, sino que se alza como una de las ramas económicas que mejor comportamiento han tenido en el último ejercicio y también la que mejores expectativas tiene para el año en curso.
Las previsiones de los observatorios turísticos nacionales, como el de Exceltur, calculan que las Rías Baixas podrían romper este año la barrera de los 3.000 millones de euros de facturación, un nivel sensiblemente mejor que los 2.564 millones con los que el sector cerró el año 2019. Entonces, el PIB de la provincia mantenía 21.637 millones de euros al cierre de la contabilidad anual, lo que le aportaba un peso al turismo del 12% en el cómputo global.
Para este año, las expectativas sitúan el producto interior bruto en el entorno de los 24.000 millones de euros en la provincia, con un peso del sector turístico cercano ya al 12,6%, más próximo a la media del sector nacional.
El pasado 2022 la facturación del sector subió un 10,6%, hasta los 2.836 millones de euros. Y para este año los técnicos anotan otro incremento próximo al 6,7%, lo que permitiría que el movimiento económico generado en torno al turismo saltase por encima de los 3.000 millones de euros, un horizonte que nunca se había alcanzado hasta ahora por las empresas que trabajan directamente en este ramo de actividad y por sus firmas asociadas.
Galicia batió su récord de turistas en 2022 con un total de 6,5 millones de viajeros y 12,5 millones de pernoctaciones. Un año de cierre del bienio Xacobeo que supuso también la mayor cifra de Compostelas entregadas: 438.682. Este dato de peregrinos fue un 26% superior al récord de 350.000 logrado en 2019.
Galicia lleva varios años batiendo el récord de visitantes durante el verano
En la provincia de Pontevedra, los datos son todavía más contundentes. En 2023 llegaron 4,7 millones de turistas, mientras que el número de peregrinos del Camino Portugués rompió todas las barreras hasta rondar los 140.000 participantes.
El 75% de todos los turistas son españoles, mientras que el 25% restante es internacional. El turismo nacional creció un 22% y el internacional se duplicó respecto a los niveles prepandemia.
Por ahora, las cifras oficiales de este año confirman los buenos pronósticos apuntados por Exceltur. Entre enero y abril del año pasado la provincia de Pontevedra registró la llegada de 900.000 turistas. En los mismos cuatro meses de 2023, el número de visitantes supera ya el millón de personas. El sector mantiene muy altas sus expectativas y confía en superar a final de año la barrera de los cinco millones de visitantes en la provincia.
La inminente llegada del verano mantiene al sector con un alto nivel de optimismo. Aunque las reservas hoteleras no están ni mucho menos cerradas, los empresarios apuntan hacia otro período estival de récord.
Desde mediados de junio hasta finales de septiembre, el sector factura generalmente el 65% de todos sus ingresos anuales. Al buen tiempo previsto y a los encantos naturales del territorio conocido en toda España como Rías Baixas –así se promociona cada año en la feria emblemática del sector, Fitur–, se añade cada año una oferta cultural y de ocio que no deja de crecer. Desde este mes hasta finales de septiembre, la provincia desarrolla más de un centenar de fiestas gastronómicas en todos sus rincones, que se suman a las tradicionales verbenas populares relacionadas con fiestas patronales. Además, los concellos y entidades privadas programas más de un centenar de conciertos en toda la provincia.
Costa privilegiada
La privilegiada costa de la provincia es uno de los principales reclamos turísticos en verano. Las Rías Baixas cuentan entre sus municipios costeros con los tres municipios con más arenales de Galicia y entre los más nutridos de España. La Illa de Arousa, con 64; Vigo, con 56; y O Grove, con 55, lideran el ranking gallego.
Además, este año Pontevedra ha conseguido para sus costas un total de 58 Banderas Azules. Son las mismas que ya obtuviera en las dos pasadas ediciones. Se perdieron algunas de ellas, como la que ondeaba en la playa de Ladeira, en Baiona, pero fueron compensados por otros enclaves con nuevas distinciones, como le ocurrió a la viguesa playa de O Adro.
Pontevedra es la provincia de Galicia que más banderas azules ha logrado en el acumulado de los últimos 15 años y la segunda de toda España. De hecho, en su territorio se encuentra la ciudad con más distinciones de este tipo en toda España: Sanxenxo. Este municipio no solo presume de contar con 17 arenales distinguidos medioambientalmente (Lapa, Agra, Areas, Areas Gordas, Bascuas, Canelas, Caneliñas, Foxos, Major, Montalvo, Nosa Señora da Lanzada, O Espiñeiro-A Lanzada, Panadeira, Paxariñas, Pragueira y Silgar), sino que además figura entre las diez localidades españolas con más tradición histórica a la hora de mantener estas banderas.
Dentro de ese ‘top 10’ de municipios con banderas azules también encontramos otras localidades pontevedresas, como Cangas de Morrazo.
Galicia lucirá este verano 113 enseñas ambientales en sus arenales y se sitúa como la tercera comunidad autónoma con más reconocimientos ambientales de este tipo, solo por detrás de Valencia, que tiene 153, y de Andalucía, con 148.
Fenómenos como el turismo termal o sobre todo en los últimos años el turismo enológico contribuyen también a mejorar el crecimiento global del sector. Las cerca de 200 bodegas integradas en la Denominación de Origen Rías Baixas reciben cada año cerca de 100.000 visitantes nacionales e internacionales en un tipo de turismo que ya mueve anualmente en toda España más de tres millones de personas.
Con todas estas variables, la provincia de Pontevedra se juega prácticamente el 12,6% de su Producto Interior Bruto de este año en el resultado del turismo y casi un 7,6% de ese producto interior bruto se dirime durante los meses de verano. Especialmente sensibles son las zonas de costa menos industrializadas y más volcadas en el sector servicios, caso de Pontevedra, Sanxenxo o los ejes Vilagarcía-O Grove, Marín-Morrazo y el eje Nigrán-Baiona en O Val Miñor.
Un buen resultado turístico sería, sin lugar a dudas, la mejor inyección de oxígeno para estas zonas de aquí a final de año y, con ellas, también para la economía general de la provincia. Por contra, cualquier circunstancia que hiciera caer de manera drástica la cifra de visitantes no solamente significaría dejar de ingresar dinero en las empresas directamente relacionadas con los turistas, sino que desencadenaría el enfriamiento general de prácticamente todas las economías comarcales.
La última gran sacudida para las firmas turísticas se produjo durante la pandemia. En el año de las restricciones, 2020, los ingresos se desplomaron un 64,7% en las Rías Altas, un 57,5% en las Rías Baixas, un 53,5% en la Mariña lucense y un 51,5% en Costa da Morte, según los datos recogidos por Exceltur.
