Última estocada al 'Sito Miñanco de la heroína'

Tribunales ▶ La AN ha dado carpetazo esta semana a un nuevo proceso que afectaba a Francisco Javier Janeiro, Javillo. El vilanovés añade a sus condenas de ocho y seis años de cárcel que ya está cumpliendo una más de ocho años y medio por sus relaciones peligrosas con el fallecido Sabdullah Unnu, uno de los mayores capos de la heroína de la historia.

 Alijo incautado a Javillo en la operación Suppo- Roquefort. CNP
photo_camera Alijo incautado a Javillo en la operación Suppo- Roquefort. CNP

Cuando ya roza los 60 años de edad, uno de los grandes capos de la droga del presente siglo en Galicia (o al menos, uno de los que han podido ser detenidos) se encuentra con un panorama duro. Tras fugarse después de conocer su condena a ocho años de cárcel por la operación Suppo-Roquefort y después de ser detenido en Sanxenxo en 2021 cuando trataba un pase de heroína con un ciudadano colombiano (hechos por los que le cayeron otros seis años), ahora se conoce la tercera sentencia que afecta a su futuro próximo de forma decisiva: la Audiencia Nacional, a instancias de la Fiscalía Antidroga, le impone dos penas que suman ocho años y cinco meses de cárcel, al considerarle el enlace en Galicia de la organización criminal liderada por uno de los mayores traficantes de heroína de todos los tiempos en Europa, el ya fallecido Sabdullah Unnu, alias Nicol.

El mismo dictamen impone duras penas a sus dos principales colaboradores, su entonces esposa y su hijo: siete años y ocho meses de prisión para cada uno de ellos.

El tribunal central, desde su Sección Segunda, considera acreditado que los tres citados, con El Sito Miñanco de la heroína al frente, colaboraban de forma directa con el turco, conocido por haber introducido en su día el mayor alijo de la historia de España de este tipo de droga, más de 300 kilos en un velero que cruzó el Mediterráneo y atracó en Port Ginesta, cerca de Sitges.

El capo Unnu. DP
El capo Unnu. DP

"Los referidos acusados mantenían continuos contactos entre sí, concertando citas y desplazamientos, así como refiriéndose a gestiones a practicar en orden a la actividad que desarrollaban, tanto de cobros a terceros, de desplazamientos y entregas", según se lee en el articulado elaborado por la AN. El fallo destaca la "estrecha relación" entre el núcleo duro de Javillo y alias Nicol, al que proporcionaban los vehículos a través de otro de los procesados, Waldo G.D., condenado a la misma pena que los allegados del líder.

Tras acreditarse entregas de droga, reuniones y distintos indicios delictivos, la fase de explotación de la operación tuvo lugar cuando la Sección de Heroína de la Brigada Central de Estupefacientes, responsable de la investigación y, más en concreto, el inspector Ojeda, que ya había detenido a Unnu en 2007 con la droga del velero, supo que el turco emprendía un viaje desde España hasta Holanda, donde, como es bien sabido, acuden los traficantes para abastecerse de partidas de heroína que posteriormente reparten en distintos países.

Su entonces esposa y uno de sus hijos también fueron condenados a duras penas al considerarles sus principales colaboradores

Unnu partió en un Audi A-3 que, según la sentencia, figuraba a nombre de un tercero pero que pertenecía realmente a Miguel Ángel Janeiro, hijo de Javillo.

A su regreso, la Policía Nacional le esperaba en el corazón de O Salnés, con la información fiable de que llegaba con el alijo. "Establecido un dispositivo policial de vigilancia, sobre las 23 horas del día 6 de junio, Sabdullah Unnu fue interceptado por la policía en el peaje de la autopista AP-9 existente en la salida hacia la localidad de Sanxenxo, interviniéndosele el vehículo que conducía, en cuyas puertas traseras se detectó un sistema de apertura con mando, con una caleta preparada al efecto, en cuyo interior se localizaron siete paquetes rectangulares envueltos en cinta adhesiva marrón que contenían heroína, con un peso neto de 6.908 gramos y una riqueza del 55,66%, que habría alcanzado en el mercado ilícito el precio de 1.807.564,55 euros". Ocurrió en el nudo de Barro-Meis, en Curro, en un episodio anunciado en exclusiva por este periódico en junio de 2019.

En la vista oral celebrada en la Audiencia Nacional, Javillo ofreció un relato similar al que caería en saco roto poco después en el reciente juicio desarrollado en Ourense y en el que fue condenado a seis años de cárcel por el pase de Sanxenxo. En cuanto a sus fuentes de ingresos, "manifestó que se dedicó durante un tiempo a la compraventa de coches, y en Portonovo les compraba berberechos a los mariscadores furtivos". En cuanto a la sentencia de condena por la denominada Operación Roquefort, aclaró que fue él quien le entregó a los agentes la sustancia incautada y que se confesó culpable, y que la Policía le dijo que si no les hubiera mostrado él donde estaba la sustancia, no la habrían encontrado. Añadió que "la mercancía que se halló era de Sabdullah".

Javillo y su esposa durante el juicio de Ourense. LA REGIÓN
Javillo y su esposa durante el juicio de Ourense. LA REGIÓN

El instructor de las diligencias, por su parte, afirmó en el juicio que "cuando salió de prisión Francisco Javier contactó con Sabdullah entrevistándose con él, y concluyó que a partir de ese momento retomó la dirección del grupo y restringió de forma ostensible las conversaciones". Añadió que su entonces esposa contactaba con los clientes y su hijo y un cuarto investigado se ocupaban de los encargos.

El juicio sirvió para acreditar, además, la participación de otros dos grupos criminales que, del mismo modo que Javillo, dependían de Sabdullah Unnu, conocido también como el narco itinerante, pues carecía de domicilio fijo con el único objetivo de hacer saltar por los aires cualquier rastreo policial. En concreto, se trata de la célula de Madrid y la del País Vasco, ambas dependientes del turco en lo que se refiere al tráfico y la distribución de la heroína que, procedente de su país de origen, recogía de forma periódica en los almacenes holandeses.

Entre las pruebas principales esgrimidas durante el plenario destaca una reunión que tuvo lugar en Narón, en el área de Ferrolterra, entre el turco y el gallego. Esa zona del Noroeste Peninsular se abastecía de heroína merced a esta alianza criminal, lo mismo que el entorno de Ourense, lugar de residencia eventual de Javillo, y por supuesto la comarca de O Salnés. También tendría capacidad para vender a clientes del Norte de Portugal, el país vecino, donde existe un relevante consumo de los opiáceos.

En cuanto al resto de procesados, la Audiencia Nacional optó por absolver a tres de ellos: Diego R.Y., Fernando G.M. y José Ángel L.P., al entender que no existen pruebas concluyentes para enervar su presunción de inocencia.

Sobre las condenas, además de los cuatro citados, la AN impone nueve años de cárcel a Ezeqiuel G.E. y de nueve años y medio a Gorka E.S., ambos de la rama vasca de la organización. Además, impone ocho años y cuatro meses a Juan B.P., siete años y ocho meses al turco Zeki Y. y la misma pena a José T. M.