Pontevedra, Caldas y O Salnés, excepciones a la pérdida de población

Las proyecciones hasta 2037 muestran que sumarán una media de 1% de residentes, pero los mayores de 65 duplicarán a los jóvenes

 Varias personas paseando por Loureiro Crespo. RAFA FARIÑA
photo_camera Varias personas paseando por Loureiro Crespo. RAFA FARIÑA

Las comarcas de Pontevedra, Caldas y O Salnés serán de las pocas de Galicia con capacidad para mantener su censo de residentes en los próximos 15 años, pero como contrapartida la pirámide poblacional experimentará importantes cambios. Las franjas más jóvenes, por debajo de los 19 años, bajarán un 23% y de forma paralela las que se sitúan por encima de los 65 aumentarán un 35%, llegando a duplicar la población juvenil.

Al menos, así lo auguran las proyecciones poblacionales publicadas este viernes por el Instituto Galego de Estatística (Ige), que pronostican que de aquí a 2037 estas tres comarcas sumarán un promedio de un 1% de residentes. Un porcentaje bajo, pero que, pese al baile de franjas etáreas, cobra especial relevancia si uno tiene en cuenta que, por ejemplo, a nivel Galicia se prevé un descenso de población del 1,3% y que en otras zonas la bajada será bastante más acusada. Véanse Lugo oriental, donde se augura una caída del 11,5%, u Ourense sur, donde se estima una bajada del 9,9%.

El cálculo toma como base las predicciones a corto plazo que realiza cada dos años el Instituto Nacional de Estadística (Ine), solo que desglosa los datos a nivel comarcal. En el caso concreto del área de Pontevedra, la previsión es que el cómputo de habitantes subirá un 0,8% hasta alcanzar los 126.589.

Por sexos la predicción apunta a que se mantendrá la superioridad en número de las mujeres : 65.924 frente a 60.665 hombres, un desequilibrio muy parecido al actual. Sin embargo, por edades se puede ver que la pirámide poblacional seguirá su metamorfosis y que las franjas de mayor edad serán las que ganarán más peso.

Brecha laboral

Exactamente, las cifras publicadas dicen que en el área de Pontevedra los residentes de menos de 19 años descenderán un 23%, pasando de los 21.891 a los 16.792, y que los de más de 65 años aumentarán un 34%, pasando de los 29.217 a los 39.279, lo que supondrá multiplicar por dos la población juvenil.

Al mismo tiempo, la población activa (comprendida entre los 19 y los 65 años) bajará un 5%, pasando de los 74.456 a los 70.518 vecinos y haciendo cada vez más pequeña la brecha entre cotizantes y pensionistas. De hecho, si los pronósticos se cumplen, significará una ratio de 1,2 personas en edad de trabajar por cada habitante sin ingresos (incluyendo en el cómputo jóvenes y mayores).

En el caso de la comarca de Caldas y O Salnés (que el Ige entiende como un conjunto) está previsto un crecimiento poblacional del 1,2%, pasando de los 144.065 habitantes a los 145.759.

Saldo vegetativo

Vinculado con la evolución demográfica, el estudio pronostica que en la comarca pontevedresa los nacimientos descenderán un 4% hasta situarse en los 673 anuales y que, por extensión, la tasa bruta de natalidad caerá tres décimas hasta los 5,3 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

De forma paralela, las defunciones subirán un 13% hasta llegar a las 1.495 y que la tasa bruta de mortalidad subirá 1,3 puntos hasta los 11,8 fallecimientos por cada 1.000 residentes.

Como consecuencia, el saldo vegetativo (correspondiente a la diferencia entre nacimientos y defunciones) seguirá siendo negativo (como ahora) pero con una diferencia mucho más acusada, ya que habrá 822 más fallecimientos que nacimientos.

Además, el saldo migratorio (la diferencia entre las emigraciones y las inmigraciones) continuará en valores positivos, pero estos serán bastante más contenidos. Así, de los 916 puntos que constan en la actualidad, los pronósticos del Instituto Galego de Estatística auguran que se pasará a los 583, un 36% menos.

La edad media subirá cinco años hasta los 50,7 

Otro vaticinio que se extrae de las proyecciones poblacionales del Ige es que la edad media se elevará cinco años en la comarca de Pontevedra, pasando de los 45,5 a los 50,7 años, un año menos que la media autonómica pero unos cuantos meses menos que los índices de Santiago (49,6), O Condado (49,5), Vigo (50,2) y O Baixo Miño (50,4). 

Según este mismo estudio, el índice de dependencia globlal, que mide la relación entre la población en edad de trabajar y los jóvenes y mayores, ascenderá más de once puntos (de los 56 a los 67,5). Además, advierte que las tasas de envejecimiento también subirán, sobre todo el índice de envejecimiento, que calcula el número de personas de 65 o más años por cada 100 menores de 20 años y que pasará de los 133,5 puntos a los 233,9. 

De igual modo, el índice de sobreenvejecimiento, que evalúa el número de mayores de 85 por cada 100 personas con 65 o más años, experimenta un comportamiento similar, pasando del 18,9% al 19,7%.