El número de alérgicos en Pontevedra y O Salnés se duplicará en apenas 26 años

El servicio de Alergología atendió el año pasado a 2.962 pacientes nuevos, casi cien más que en 2022 ► Aumentan las reacciones al polen, alimentos y medicamentos, aunque en Pontevedra el alérgeno más prevalente es el ácaro

 Un santiario realiza una prueba alérgica a un paciente. GONZALO GARCÍA
photo_camera Un santiario realiza una prueba alérgica a un paciente. GONZALO GARCÍA

Las alergias se disparan. Actualmente las sociedades científicas calculan que aproximadamente un cuarto de la población es alérgica y, según adelanta la jefa de Alergología del Chup, Celsa Pérez Carral, las previsiones no son nada halagüeñas, ya que se estima que "en 2050 la mitad de la población tendrá algún tipo de alergia".

La especialista advierte de que este tipo de reacciones han crecido en los últimos años y que es un fenómeno perfectamente palpable en las consultas del servicio, donde el año pasado se atendieron 2.962 pacientes, casi cien más que en 2022. Parte del incremento se debe a que ahora se consultan más los síntomas que antaño, pero la subida responde, sobre todo, a que "la alergia está aumentado de una forma exagerada".

Unos de los alérgenos que han ganado terreno son los neumoalérgenos, es decir, aquellos que se encuentran en el ambiente y que al entrar en contacto con ellos afectan a las vías respiratorias y oculares. De entre todos ellos, el que más ha aumentado su incidencia es el polen y lo ha hecho, especialmente, "a raíz del cambio climático" que azota a todo el planeta.

La alergóloga, presidenta de la Sociedad Gallega de Alergología e Inmunología Clínica, explica que "el aumento de las temperaturas y el descenso de las lluvias están haciendo que el polen perdure en el ambiente durante más tiempo", lo que provoca más reacciones en más pacientes y más problemas en los que ya son sensibles, "con patologías cada vez más intensas, persistentes y crónicas".

Pontevedra no escapa a este fenómeno, aunque la incidencia de estas alergias polínicas es menor que en otros territorios de la Península, ya que las primaveras son más escuetas y las precipitaciones desplazan el polen al suelo. "Nada que ver con lo que ocurre en Madrid o Andalucía, donde las gramíneas empiezan a polinizar en mazo y el polen se mantiene hasta julio".

En las Rías Baixas, "el alérgeno más prevalente de forma perenne" es otro: el ácaro del polvo, una subclase diminuta de los arácnidos que campa a sus anchas "debido a las temperaturas medias que tenemos y a la gran humedad que hay".

Otras alergias que han eclosionado son las alimentarias así como las alergias a medicamentos, cada vez más comunes por el simple hecho de que cada vez se dispone de más fármacos. Además, la doctora destaca el aumento en los últimos años de las reacciones adversas a la velutina, "un véspido que nos ha invadido" y que por su gran cantidad de veneno puede producir "anafilaxias" severas, las reacciones alérgicas más graves.

Síntomas

Actualmente, en base a los datos de las sociedades científicas, en el área sanitaria habría cerca de 75.000 personas con algún tipo de alergia; una cifra que, si los pronósticos aciertan, llegaría a los 150.000 en el plazo de 26 años. Pero, ¿qué se considera alergia?

La especialista explica que es una predisposición del individuo que hace que reaccione "de una manera anormal" frente a diferentes proteínas que en otra persona pasan inadvertidas. El sistema inmunológico se defiende frente a esos agentes y lo hace de una forma exagerada, provocando "un proceso inflamatorio tan intenso que hace que el paciente tenga síntomas".

La sintomatología varía en función de cada individuo, aunque la mayor parte de los pacientes que llegan a la consulta de Alergología del Chup acuden con asma o rinitis, producidas en un 80% de los casos por los ácaros. "Nos volvemos alérgicos a las cosas con las que entramos en contacto. En Galicia la causa más frecuente que produce asma y rinitis son los ácaros, pero en Andalucía son las gramíneas y el olivo, y en Madrid está habiendo mucha prevalencia del plátano de sombra. Todo depende de donde vivas y a qué estés expuesto", explica la especialista.

Lo habitual es que el paciente comience con rinitis y que, si ésta se vuelve persistente y existe una predisposición, acabe desarrollando asma. De ahí, que los alergólogos invadan tanto el campo de los otorrinos como de los neumólogos, "porque hay que tratar el paciente de una forma global".

A todas luces, estos cuadros son los más frecuentes, pero si se pone el foco en los alérgenos más peligrosos hay que hablar de otros detonantes. Por ejemplo, el látex, medicamentos como el metamizol (un analgésico que se utiliza para tratar el dolor agudo intenso) o tratamientos para el cáncer como la quimioterapia, que en algunos supuestos puede dar lugar a anafilaxias graves. "En estos casos -explica la especialista- realizamos pautas de desensibilización, de forma que los pacientes pueden seguir sometiéndose al tratamiento" que los oncólogos consideran como primera opción.

Alergias múltiples

La mayoría de las personas que sufren alergia son sensibles a varios alérgenos. Es común, por ejemplo, que un paciente alérgico a los ácaros también lo sea al polen, pero hay casos en los que el "combo" de reacciones es mayor.

La doctora Pérez recuerda el cuadro de un paciente que tenía rinitis, asma, alergia a ácaros, pólenes, látex y frutas, y que además había sufrido una reacción a la amoxicilina y una anafilaxia por la picadura de una avispa. "Son pacientes complicados de manejar, por eso es importante que estén empoderados. Es decir, que sepan a qué son alérgicos y qué tienen que hacer según el tipo de alergia que tienen. Por ejemplo, los que tienen anafilaxias con alimentos, deben saber qué pueden comer y si tienen anafilaxia deben saber emplear el autoinyector de adrenalina", concluye.