Un singular punto ‘selfie’ en el Major de los años 80

▶ Entre 1981 y 1982 el carguero Afroditi-P permaneció encallado en la costa sanxenxina, hasta el punto de convertirse en una atracción turística

Una familia se toma fotografías ante el Afroditi-P, encallado en Major. DP/ARCHIVO
photo_camera Una familia se toma fotografías ante el Afroditi-P, encallado en Major. DP/ARCHIVO

Llegó a ser un icono en la línea costera de Major, donde permaneció casi medio año, para temor de las autoridades y diversión de los visitantes. El Afroditi-P, un carguero que en octubre de 1981 se desplazaba desde Bristol hasta El Pireo, donde sería desguazado debido a su avanzado estado de deterioro, fue a dar con sus trastos al entorno de la playa sanxenxina debido a un fuerte temporal. Allí fue donde buscó refugio el remolcador que lo transportaba, el ‘Mansco Tug-4’, y donde irremediablemente ambos naufragaron. 

Tras rescatar al capitán y a los tripulantes del remolcador, que precisaron asistencia médica, la tarea más difícil estaba por delante: sacar a las dos embarcaciones del acantilado. Con el remolcador la tarea fue más sencilla y, después de un primer intento fallido, quedó libre. Pero el Afroditi-P, de 5.000 toneladas, 105 metros de eslora y fabricado en 1967, representaba un peligro mayor. No tanto por el estado del barco, sino por lo que llevaba en su interior: 90 toneladas de fuel y 10 de aceite que desembocaron en vertidos que, poco después, lograron ser controlados.

Con la meteorología en contra, hubo que posponer el segundo intento de liberar al acantilado del viejo buque hasta varios meses más tarde. Y allí se quedó el Afroditi-P, encallado frente a la playa de Major hasta la primavera del año siguiente. Tiempo suficiente para convertirse en todo un centro de peregrinación turística, como una especie de precedente de los puntos ‘selfie’ de hoy en día. 

Cientos de familias acudieron a propósito en aquella época a la zona, solo para ver de cerca la embarcación y tomar las fotografías analógicas que muchas de ellas todavía conservan en sus álbumes familiares, hasta el colapso y hundimiento del barco a 500 metros de la orilla.