Un trabajador social de Vilagarcía se enfrenta a 25 años de prisión

Maltrataba a su pareja y a la madre de ella, usuaria del servicio de ayuda a domicilio en el que él trabajaba
 Audiencia Provincial de Pontevedra. DAVID FREIRE
photo_camera Audiencia Provincial de Pontevedra. DAVID FREIRE

La Audiencia de Pontevedra juzgará el jueves a un trabajador del servicio de ayuda a domicilio de Vilagarcía de Arousa que se enfrenta a más de 25 años de prisión por maltratar a su novia y a la madre de ella, usuaria del servicio, diagnosticada con demencia y parkinson.

Según la Fiscalía, los hechos ocurrieron entre 2020 y 2022, cuando el procesado y la víctima mantuvieron una relación sentimental y vivían juntos con la madre de su novia. Durante el tiempo que estuvieron juntos, el hombre, "de forma constante y reiterada", trataba a su pareja con faltas de respeto e insultos y controlaba sus amistades y comunicaciones por el móvil.  El Ministerio Público señala que el procesado en abril de 2022 le dio una patada en la ingle a su pareja sentimental, lo que le provocó un hematoma.

Con todo, la víctima no acudió a ningún centro sanitario ni interpuso denuncia. El 28 mayo de ese mismo año, en el domicilio en el que ambos convivían, la mujer estaba hablando por teléfono con un amigo de Alicante y cuando el hombre se dio cuenta de la situación cogió una máquina de liar cigarros y la lanzó contra ella. La víctima comenzó a gritar y el procesado le tapó la boca. Dos días después, el hombre, que ya no vivía en el domicilio común por una discusión con su pareja sentimental, volvió a él y le solicitó a la mujer 50 euros y cuando ella se negó el procesado manifestó que la "iba a matar".

La madre de su pareja, persona que recibía los cuidados del hombre, entró en la habitación e intentó interponerse entre ambos, por lo que el acusado la empujó y la tiró al suelo. Tras esto, el acusado cogió un cuchillo con una hoja de 18 centímetros y se lo puso en el cuello a su pareja sentimental al tiempo que le dijo que como gritase la mataba. A continuación, para que no se escapase, la ató de pies y manos y a la madre le dio dos pastillas para que durmiese y se encerró con ellas en el dormitorio.

Durante las siguientes dos tres horas el hombre no las dejó salir de la habitación y para que su pareja sentimental dejase de gritar cogió un cinturón que le puso al cuello con la amenaza de asfixiarla y llevarla al monte para matarla y luego matarse él. Finalmente, la mujer consiguió escapar a un bar cercano.