Póker, alcohol, armas y cocaína

La Audiencia de Pontevedra deja visto para sentencia el juicio contra una red narcocriminal presuntamente liderada por alias Gonchi. El fiscal pide elevadísimas penas de prisión para los acusados tras el hallazgo de tres kilos de cocaína en un coche y de sustancias químicas para un laboratorio que no se pudo localizar

 El principal investigado, accediendo a la Audiencia Provincial de Pontevedra custodiado por la Policía Nacional. GONZALO GARCÍA
photo_camera El principal investigado, accediendo a la Audiencia Provincial de Pontevedra custodiado por la Policía Nacional. GONZALO GARCÍA

Gonchi dijo que no. Lo mismo que Javier, Juan y Lucía, sus compañeros de banquillo. Solo ella, exesposa del principal investigado en el momento de la operación policial, contestó al Ministerio Fiscal. Tiene derecho a no decir la verdad para defenderse, pero su testimonio pareció creíble. Puede que supiese a qué se dedicaba su entonces pareja, pero habrá que ver si los indicios que pesan sobre ella son suficientes para condenarla a once años y medio de prisión como exige la pública acusación.

La Audiencia Provincial de Pontevedra acogió este jueves la cuarta y última sesión de un juicio que se desarrolló a raíz de una investigación de la Guardia Civil en el año 2020 y que se cerró con la detención de los cuatro citados, todos ellos en el banquillo, acusados de un delito contra la Salud Pública (tráfico de cocaína) y otro de tenencia ilícita de armas y uno más de integración en grupo criminal. Se les atribuye un pase de tres kilos de cocaína en el vehículo de uno de ellos y el acopio de gran cantidad de precursores, sustancias químicas que se emplean para adulterar la cocaína (el laboratorio no pudo ser localizado). Disponían, además, de armas prohibidas, probablemente para la protección del negocio al que supuestamente se dedicaban.

Gonchi, de Vilagarcía de Arousa (como el resto de procesados) y que se halla en prisión preventiva por su supuesta relación con la cocaína interceptada este mismo verano en aguas próximas a Cabo Verde en el pesquero Sophie –operación de la Policía– se declaró no culpable. Su abogado argumentó que se dedicaba de forma profesional al póker en el turno de cuestiones previas. En su testimonio, que tuvo lugar este jueves, admitió sus excesos con el juego. "Voy al casino, lo pierdo todo y después me agarro una borrachera", espetó. "Tengo problemas con el juego y con las drogas", dijo. Sin embargo, aseguró no saber nada del trastero en el que se encontraron los precursores y otros indicios, ni de las armas, a saber, táser, puño americano y spray de defensa, incautadas en su momento.

También negó cualquier relación con la cocaína hallada en la caleta del coche de uno de sus compañeros de banquillo, y concluyó denunciando presuntas presiones por parte de integrantes de la Guardia Civil para que delatase a sus jefes o que, de lo contrario, detendrían a su mujer. En Galicia nadie delata a sus jefes, y él no fue una excepción.

Juan, el acusado que había alquilado el trastero, amigo de Gonchi, dijo que iba a su edificio porque "mi novia vivía allí". Negó haber entregado nada en nombre de su amigo, y sobre los productos químicos, tales como amoníaco, acetona o ácido bórico, señaló que los tenía por su actividad profesional. Dijo ser socorrista.

Javier, el tercer investigado, también admitió ser amigo de Gonchi, del que dijo que "no me ha dado ninguna instrucción para nada de drogas". Añadió que no sabía nada de la cocaína del coche y dijo ser drogodependiente desde los 14 años, primero con el cannabis y después con la cocaína.

La última en declarar fue Lucía, que aportó pocos datos. "Yo siempre pago los platos rotos de todo el mundo", a lo que añadió que "a mi casa, estando yo, no subía ningún amigo de Gonzalo". Sobre la máquina de contar dinero y el inhibidor de frecuencias hallados en su domicilio dijo no saber nada de nada.

Antes que ellos declaró uno de los guardias civiles que hallaron la droga, que también revisó el móvil del principal investigado. Aseguró que había indicios de actividad de venta de drogas, como fotos de fajos de billetes y de un Lamborghini.

También intervino este jueves la mujer que alquiló el trastero en el que fueron hallados los productos químicos. Dijo que el hombre con el que contactó le indicó que era "para guardar aperos de la mar".

Tras la vista, el fiscal redujo ligeramente la petición de pena para Javier, dejándola en once años de prisión (siete y medio por tráfico de drogas, dos por tenencia ilícita de armas y 18 meses por integración en grupo criminal).

El resto de solicitudes de condena las mantuvo intocables: trece años de cárcel para Gonchi (nueve, dos y dos por los citados delitos), once y medio para su expareja y doce años y medio para Juan.

Las defensas mantienen que sus patrocinados deben salir absueltos, si bien, de forma subsidiaria, si resultasen condenados, piden que se estime la atenuante de dilaciones indebidas y, en algún caso, la de drogadicción. La Sección Segunda tiene ahora la última palabra.