El sector portuario mira hacia Oriente con gran preocupación. La crisis del Mar Rojo ha encendido las alarmas y, aunque por ahora las consecuencias no son sustanciosas, según señalan desde las tres autoridades portuarias de la provincia, Vigo, Marín y Vilagarcía, lo cierto es que si la situación se mantiene en el tiempo volverá a golpear al sector.
La primera consecuencia que están notando ya las consignatarias del principal puerto de la provincia es el incremento de los fletes. Fuentes de la Autoridad Portuaria de Vigo sostienen que la mayoría de mercantes y portacontenedores que llegan a la ciudad lo hacen desde Europa y a través del Atlántico. Sin embargo, las navieras que transportan mercancía desde Asia se han visto obligadas a dar la vuelta por Sudáfrica para evitar la zona del conflicto.
Este cambio de ruta implica más tiempo de viaje y, con ello, mayores costes en el transporte. "Si se evita el Mar Rojo para venir por África estamos hablando de veinte días más de ruta, 6.500 kilómetros más, y mayor consumo de combustible", señala el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Javier Touza, que advierte que esta crisis afecta tanto al sector pesquero y conservero, como a la automoción, textil, maquinaria o microhips en el puerto de Vigo.
Desde la Autoridad Portuaria señalan, sin embargo, que por el momento el tráfico de contenedores se ha mantenido en este inicio de año "con fuerte actividad".
Los armadores ya han trasladado a la Xunta su preocupación ante esta situación. Recuerdan que el 40% del PIB gallego corresponde al comercio internacional y el 25% de este llega a Galicia a través del puerto de Vigo.
Además del coste de los fletes, el paso por la zona en conflicto multiplica el precio de los seguros. Otro efecto inmediato es la modificación de los plazos de entrega que supone un mayor coste para las empresas.
Vilagarcía. Impacto mínimo e incertidumbre
La rada de Vilagarcía por ahora sufre un impacto mínimo a causa del conflicto que subyace en el Mar Rojo, ya que apenas registra flujos con Asia.
Sin embargo, fuentes portuarias sostienen que si la situación se mantiene a largo plazo puede modificar la actividad en este puerto. "El flujo de mercancías es muy sensible a los cambios", manifestó un operador de Vilagarcía, que señaló que esta situación incluso puede derivar en que las navieras tengan que posicionar contenedores vacíos ante los retrasos en las entregas. "Es una total incertidumbre", añadió.
