El cielo nublado no frena el ocio turístico en Sanxenxo

▶ Locales comerciales y terrazas de la hostelería sanxenxina disfrutaron el martes de un ‘todo completo’ ocasionado por la caída de los termómetros
Ambiente en las calles de Sanxenxo el martes. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Ambiente en las calles de Sanxenxo el martes. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

La caída de los termómetros se hizo notar el martes, pero no para mal. Tras una ola de calor que ha batido récords de temperaturas en toda Galicia, lo que en principio se presentaba como un día más tranquilo se convirtió en todo lo contrario y cientos de turistas se agolparon durante toda la jornada por las calles de Sanxenxo. Raro era ver a lo largo de todo el paseo marítimo de Silgar alguna de las más de 50 terrazas a la que le sobrase una mesa, o una tienda que no estuviera hasta arriba tanto de viajeros como de los propios vecinos que, animados por el ambiente callejero, salieron a disfrutar de un día de verano poco convencional. Como pocas veces se ha dado durante este mes, en esta ocasión, no fue la playa y las agradables temperaturas lo que llamaba la atención de la gente. El reclamo fueron las terrazas y las tiendas, las cuales se vieron en gran medida beneficiadas de que en el día de ayer los termómetros no invitasen a ir a la playa como venían acostumbrando.
 
"Realmente, en verano, estas condiciones climáticas favorecen a la hostelería", afirma el dueño y gerente del bar El Aviador, Joaquín Mosteiro, aunque desde que abren las puertas de su local, a las 8.00 horas, hasta que las cierran, a las 2.00 horas, algo que es variable los fines de semana, "es un no parar". No obstante, explica, sí se nota "un parón" a media tarde y a la hora de comer, pero, de nuevo, la explosión de trabajo regresa a las 20.00 horas cuando el tiempo no acompaña a los bañistas y todos ellos vuelven a la comodidad de las terrazas, donde pueden encontrar entretenimiento y buen ambiente hasta altas horas de la mañana. 

Lo que es seguro, y de forma indiscutible, es que Sanxenxo es mucho más que el sol y la playa, ya que sigue teniendo vida propia independientemente del tiempo.