En este sentido, Carmela Silva destacó que el proyecto que desarrolla el Ayuntamiento cumple con todos los parámetros del modelo que impulsa la Diputación desde hace siete años con una firme apuesta por facilitar la modernización de los municipios y está “transformando la provincia como nunca antes se había visto”. “La humanización de esta calle cumple con este modelo transformador”, dijo, “y está en un entorno con elementos patrimoniales de valor histórico para la ciudad y lo que estamos haciendo es mejorar la calidad de vida de las personas de manera histórica”. " Y es un proyecto que tiene mucho que ver con el diseño de la Vilagarcía que el alcalde y su equipo vienen desarrollando desde que empezaron a gobernar, basado en la recuperación del espacio público y que permita que las personas sean el centro de esa ocupación".
Además de esta prioridad, también destacó el "modelo de embellecimiento" que también supone esta obra, "a través de la visión que tiene la gente de vivir con la máxima calidad urbana". En este sentido, quiso destacar la calidad de los materiales que se utilizarán en la zona de elementos patrimoniales y también la completa renovación de servicios e iluminación que supone la actuación, “que además son respetuosas con el medio ambiente, una obligación en pleno siglo XXI”.
Por su parte, el alcalde, Alberto Varela, destacó que la apuesta inversora que está mostrando la Diputación "no tiene comparación con otras administraciones" y alabó de manera especial el Plan Concellos, que nos da libertad a los municipios para decidir qué son las principales inversiones”, además de recordar la consecución de fondos provinciales del Plan ReacPon para financiar la biblioteca y del Plan Ágora. Ya en este proyecto en particular, Varela señaló que "las tripas de la ciudad necesitan una renovación completa" y la renovación de saneamiento y abastecimiento se desarrolla de manera paulatina, por lo que la calle Sobrán era una de las más urgentes "y muy demandadas por el barrio".
Las obras, que se prevé que finalicen antes de que acabe el año, se desarrollarán en un tramo de medio kilómetro de la calle, en una superficie de 4.000 metros cuadrados que contará, tras la renovación del abastecimiento y saneamiento servicios, una plataforma única, con prioridad para las personas y un diseño que cuidará especialmente la estética, según añadió Varela, en el pavimento, por la presencia de elementos patrimoniales como la iglesia de San Martiño y el Pazo de Sobrán. Tras las obras, se implantará la velocidad máxima de 20 kilómetros por hora para garantizar la seguridad de las personas y “porque la movilidad sostenible es lo que exige el planeta; Hoy, cuando hablamos de incendios, debemos recordar que pequeños gestos como cambiar la movilidad de las ciudades van a tener una gran influencia”.