El rey emérito se reencuentra con el Bribón entre aplausos

Juan Carlos I salió a navegar en su silla de patrón a primera hora de la tarde arropado por unos 200 turistas ► Permaneció poco más de dos horas y media en el mar y se mostró cercano con un grupo de niños
Unos 200 turistas saludaron al emérito desde el espigón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Unos 200 turistas saludaron al emérito desde el espigón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Tras unos tres meses de espera, Juan Carlos I pudo reencontrarse por fin con el Bribón a primera hora de la tarde de este jueves. Lo hizo entre aplausos, arropado por unas 200 personas que le vitorearon desde el espigón, en su inmensa mayoría turistas procedentes de Madrid, Andalucía o Castilla y León, que se acercaron a ver la salida de la embarcación ría adentro, con el único motivo de verle de cerca, tal y como explicaron varios de ellos. "Vinimos de vacaciones y nos coincidió que estaba él aquí. Venimos a animarle", comentaba un matrimonio procedente de Madrid. Desde Sevilla, una familia al completo llevaba 45 minutos esperando desde la barandilla del espigón. "Todos queremos verle", aseguraron.

El Rey Emérito en el Bribón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
El Rey Emérito en el Bribón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Menos madrugador que de costumbre, el rey emérito abandonó su cuartel general en casa de Pedro Campos rayando el mediodía para dirigirse directamente al pantalán del Real Club Náutico. Y esta vez la meteorología no pudo detenerle. Aunque las temperaturas bajaron hasta los 20 grados en las últimas horas en Sanxenxo y el cielo se cubrió de nubes, el viento a favor fue propicio para brindar al emérito una primera jornada de entrenamiento que se alargará en las próximas horas, y con la que se resarce de su anterior visita.

El Bribón soltó lastre unos 10 minutos antes de las 13.00 horas y, enganchado a la embarcación auxiliar, de nombre Cristina, zarpó mostrando a un Juan Carlos I comedido, que dirigió tres saludos a su público, sin salirse del habitual guión, entre gritos de "viva el rey" y también alguna palabra de malestar entre los allí presentes. Ya ría adentro, se le pudo ver mucho más relajado, interactuando con su tripulación y dando indicaciones.

Poco más de dos horas y media fue el tiempo que pasó Juan Carlos I a bordo del Bribón en la primera jornada de entrenamiento en la ría de Pontevedra, acompañado de su tripulación.

Como de costumbre, y tras desayunar en la casa de Pedro Campos, pasaron el mediodía en el mar con bocadillos, para regresar a puerto ya entrada la tarde.

Visiblemente animado, no dudó en saludar con una sonrisa a las personas y medios que le esperaban a su llegada, un público más reducido esta vez, si bien su tripulación le cubrió con la vela del Bribón en el momento del desembarco para evitar imágenes de un posible resbalón. Una vez en tierra firme, conversó con varios allegados desde el interior de su vehículo y se retiró a casa de Campos a descansar para afrontar este viernes una nueva jornada de entrenamiento de cara al inicio oficial de la regata.

La nota entrañable de la jornada la puso una conversación que mantuvo con un grupo de niños que se acercaron al pantalán en una lancha auxiliar, momentos antes de que el rey emérito embarcara en el Bribón. "¿Qué os gusta más, el mar o la montaña?", les preguntó, tal y como explicaron posteriormente algunos de ellos, acompañados de sus padres. Los pequeños, entusiasmados, volvieron a saludarle efusivamente después, ya desde el espigón del puerto.

Juan Carlos I interactuó con un grupo de niños. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
Juan Carlos I interactuó con un grupo de niños. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Se desplaza al náutico

El rey emérito Juan Carlos I se ha desplazado este jueves al Real Club Náutico de Sanxenxo, desde la residencia de su amigo y anfitrión Pedro Campos, con el objetivo de preparar la regata en la que pretende participar este fin de semana en la localidad pontevedresa.

El emérito abandonó la casa a las 11:58 en el asiento de copiloto del coche de Campos y, como en la jornada previa, se limitó a saludar a los periodistas desde el interior del vehículo. Apenas 2,5 kilómetros, unos siete minutos en coche, separan la casa de Campos del club náutico.

La idea del anterior jefe del Estado, de 85 años, es participar en las regatas de preparación para el Mundial de la categoría 6m que tendrá lugar a finales de agosto en el Reino Unido.

Esas pruebas en la localidad pontevedresa están programadas para el sábado y el domingo, con dos días de entrenamiento previos, aunque las predicciones no son muy halagüeñas para el viernes ni para el sábado y la meteorología puede alterar los planes.

Esta es la tercera visita del rey emérito a España desde que tomó la decisión de marcharse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020.

En esta ocasión, Juan Carlos aterrizó el miércoles a las 14:00 horas en el aeropuerto de Peinador, en Vigo, tras haber viajado en un jet desde el aeropuerto internacional de Abu Dabi.

Su regreso a España ha generado menos expectación que las visitas anteriores y han sido más los periodistas que han estado pendientes de él que los curiosos que se han acercado al aeródromo vigués o a la casa de Campos, donde algunos vecinos protestaron por la colocación de unas vallas que dificultaban el paso por la acera y que, posteriormente, fueron apartadas al arcén hasta los instantes previos a la salida del rey.