El rey emérito se reencuentra con la ría casi un año después

Juan Carlos I disfrutó este jueves de más de dos horas y media en el mar, entrenando para las regatas de este fin de semana a bordo del Bribón

Entre saludos discretos a los medios de comunicación y rodeado de su tripulación, Juan Carlos I por fin pudo vivir este jueves su primera jornada de navegación en la ría de Pontevedra, casi un año después de su última regata. Lo hizo durante más de dos horas y media, después de abandonar sobre las 11.20 horas la casa de su amigo y presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, Pedro Campos, en Nanín, donde había pasado las anteriores 21 horas, tras su llegada a Sanxenxo este miércoles.

En el coche conducido por Campos, Juan Carlos I se dirigió directamente al pantalán del puerto deportivo que lleva su nombre, dedicando el primer saludo de la jornada a los medios tras la ventanilla del vehículo, siguiendo la tónica de mantener un perfil bajo que está caracterizando esta visita. Una vez en el muelle, el rey emérito se tomó algún tiempo antes de embarcar en el Bribón, que durante las horas previas había sido objeto de los últimos preparativos por parte de la tripulación, para recibir a su patrón.

No sin cierta dificultad, el rey emérito embarcó alrededor de las 11.35 horas, ayudado por sus escoltas y por la tripulación, y evitó interactuar en exceso con el medio centenar de medios de comunicación que se agolpaban en el espigón, si bien dirigió algunos saludos a las cámaras, respondiendo a las peticiones de la prensa.

A pesar de la dinámica de limitar las interacciones que el rey emérito está tratando de mantener durante su estancia en el municipio, en todo momento se mostró sonriente y activo, interactuando con su tripulación antes de la partida del barco, dando instrucciones de navegación a los allí presentes. A pie de pantalán le esperaba su tripulación y algunos de sus allegados en el municipio, que le recibieron e intercambiaron saludos y gestos de cariño con él antes de subirse a la embarcación. Estaba previsto que en esa recepción estuviese presente también el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, si bien finalmente no acudió.

 

Ya con el rey emérito en su puesto de patrón del Bribón, Pedro Campos se subió a la embarcación auxiliar, de nombre Cristina, que él mismo pilotó mientras las dos embarcaciones enganchadas se dirigían ría adentro.

Tras una mañana de entrenamiento con vistas a las regatas de la Copa de España 6 metros que se celebra este fin de semana en el Náutico de Sanxenxo, ambas embarcaciones volvieron a hacer su aparición alrededor de las 14.40 horas bordeando el espigón del puerto, con el Bribón remolcado por la lancha auxiliar.

El rey emérito, visiblemente satisfecho por la jornada, llegó a puerto dedicando de nuevo un saludo a los medios que esperaban su llegada, en la que apenas hubo presencia de vecinos ni curiosos.

Regreso a Nanín

Tras bajarse del Bribón, de nuevo con ayuda, Juan Carlos I se dirigió de nuevo al vehículo de Campos, protagonizando previamente un pequeño traspiés por el que tuvo que ser sujetado en el pantalán, antes de acceder a la escalinata del muelle, si bien se quedó en un susto.

Ya con el rey en su puesto de patrón del Bribón, Campos se subió a la embarcación auxiliar, de nombre Cristina, que él mismo pilotó mientras las dos embarcaciones enganchadas se dirigían a lo lejos, ría adentro.

Preparativos en el Bribón

La esperada presencia del rey emérito se percibía ya desde primera hora de este jueves en el Puerto Deportivo de Sanxenxo, donde varios operarios trabajan en preparar el Bribón, el barco de Juan Carlos I, para que el exmonarca pueda salir a entrenar.

Preparativos en El Bribón. GONZALO GARCÍA
Preparativos en El Bribón. GONZALO GARCÍA

Perfil bajo ante la expectación mediática

La segunda visita del rey emérito a Sanxenxo desde su marcha a Abu Dabi ha reavivado la expectación mediática que tuvo lugar en el municipio el pasado año, cuando llegaron a acreditarse más de 200 medios nacionales e internacionales durante el fin de semana de las regatas. Si bien en esta ocasión, durante la primera jornada de la estancia de Juan Carlos I en el municipio, los periódicos y canales de radio y televisión locales, nacionales y en menor medida internacionales que siguen de cerca sus pasos suman alrededor del medio centenar, el rey emérito y su entorno han procurado mantener un perfil lo más bajo posible, tras las críticas recibidas por la exposición pública del pasado año.

Por este motivo, el Real Club Náutico de Sanxenxo no prevé realizar ningún tipo de recepción oficial durante los próximos días, ni tampoco ha habilitado espacios ni otro tipo de servicios dirigidos a la prensa, generando un ambiente muy alejado del bullicio y la afluencia vivida el pasado año.

El mismo alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, afirmaba el miércoles que no se encuentra en su agenda asistir a ningún encuentro con el rey emérito, a diferencia del año pasado, cuando acudió a almorzar con él a la casa de Campos, asegurando que este sábado solo prevé asistir a "un paseo por la senda de Dorrón con Mariano Rajoy" y que después se trasladará a Vigo.

Del "viene a reírse de los españoles" al "es libre y puede volver cuando él considere"

Ministros de Unidas Podemos, socios del Gobierno y partidos independentistas criticaron con dureza el miércoles a Juan Carlos I por su segunda visita a España, al considerar que viene "a reírse de los españoles" cuando lo que tendría que hacer es dar explicaciones por ser un "corrupto".

La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, tachó de "esperpéntica" la visita del padre de Felipe VI, la segunda a España tras marcharse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020, y defendió que los ciudadanos elijan al jefe del Estado para no asistir con "cierta vergüenza ajena" a esta situación.

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha reiterado que la visita del rey emérito "no es una mala cosa, sino todo lo contrario" desde el punto de vista de la promoción turística de la comunidad gallega. 

El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, aseguró que Juan Carlos I "es libre, es español y puede entrar cuando él considere". Además, rehusó valorar el malestar que este viaje ha generado en Zarzuela alegando que es una cuestión que a los políticos no les "atañe contestar ni valorar".