La ermita de A Lanzada, polo de atracción turística y culto también en temporada baja

▶ La reciente restauración del templo, que data de entre los siglos XII y XIII, supuso un aliciente en el entorno, en el que también se encuentra un mirador
El aspecto actual de la ermita tras su restauración. A.M.U.
photo_camera El aspecto actual de la ermita tras su restauración. A.M.U.

La ermita de A Lanza atraviesa, actualmente, una de sus épocas de mayor esplendor como polo de atracción turística, gracias al rejuvenecido aspecto de su estructura tras una reciente restauración, respetando la arquitectura y el valor patrimonial original, cuyos efectos ya se empiezan a notar aún en temporada baja, como preludio de la próxima temporada de verano, cuando se espera que el enclave ubicado en Noalla atraiga a cientos de visitantes cada día.

A pesar de la meteorología adversa de las últimas semanas, no hay fin de semana en el que el entorno del templo permanezca completamente solitario, ya que continúa atrayendo, sobre todo, a visitantes procedentes de diferentes localidades gallegas, así como a algún que otro turista o excursionista internacional. De entre los atractivos de la zona, que forma parte de la Red Natura 2000, y que incluye un mirador y los restos de la fortaleza construida en el siglo X por el obispo Sismando II, declarada Bien de Interés Cultural en 1985, junto al yacimiento pendiente de musealización y un cruceiro, la renovada imagen de la ermita no deja de llamar la atención de los visitantes, ahora ya desprovista de líquenes, potenciando las tres cruces de piedra de su fachada.

La restauración se llevó a cabo bajo la metodología de limpieza de las piezas y elementos que forman la estructura, con el objetivo de conseguir realzar sus líneas características. Además, los restauradores aplicaron también diferentes materiales para tratar de proteger la piedra, expuesta a fuertes rachas de vientos en épocas de temporal y a la salinidad del ambiente. Especialmente, la piedra de la ábside recibió un tratamiento en profundidad para su desalación, mientras que, entre otras acciones, se cambiaron las juntas de cemento que afeaban la estructura por otras de mortero y cal.