La Familia Torres amplía su presencia en Galicia —donde desembarcó en 2012 al lanzar Pazo das Bruxas— con la compra de la bodega Valdamor en el concello pontevedrés de Meaño. Esta compañía familiar con solera afianza así su posición en la Denominación de Origen (D.O.) Rías Baixas. Su intención es adecuar las instalaciones para que operen en esta vendimia con el fin de aumentar de forma gradual su producción de albariño ante la creciente demanda de países como Estados Unidos, el principal mercado de exportación de su vino Pazo das Bruxas, que se vende en 40 estados. El grupo, cuya trayectoria arrancó en Vilafranca del Penedés en 1870 y que ahora está dirigido por la quinta generación, prevé crear empleos e «incorporar a viticultores de la zona».
La propiedad que incorpora Torres ocupa una superficie de 3.000 metros cuadrados e incluye salas de recepción, elaboración y crianza, además de zonas de embotellado y expediciones. Asimismo, hay una zona dedicada a oficinas y un espacio de cata y de exposición. El enólogo Víctor Cortizo —que lleva al frente del proyecto de Familia Torres en la comunidad desde 2017— dirigirá la activación de la bodega, construida en 1990.
Otros activos de la familia en la zona son la bodega Pazo Torre Penelas, que embotella el caldo de alta gama Blanco Granito y tiene como particularidad los depósitos de granito para la fermentación y crianza del albariño. Esta explotación ubicada en Portas —y que, según testifica la historia, fue propiedad del conquistador Ponce de León, al que se atribuye el descubrimiento de Florida— cuenta con seis hectáreas de viñedo situadas en el recinto del pazo y este año plantó otras seis en la Ribeira do Ulla. También aspira a aumentar su potencial con otras ocho hectáreas en el valle de O Salnés, que plantará en 2023.
