Una multitudinaria Festa da Auga recupera su tradición con cubos y sin camiones cisterna

El H20 Festival volvió un año más a la zona TIR para poner la mejor música de San Roque de 22.00 horas a 8.00 horas

Al medio día, San Roque salía de la parroquial para llegar a su capilla y tras él, escuchar el pregón y empezar la fiesta

Juventud disfrutando de la Fiesta del Agua de Vilagarcía de Arousa 2023. JOSÉ LUÍZ OUBIÑA
photo_camera Juventud disfrutando de la Fiesta del Agua de Vilagarcía de Arousa 2023. JOSÉ LUÍZ OUBIÑA

Miles de personas disfrutaron un año más en Vilagarcía de Arousa de la Festa da Auga. En esta ocasión regresando al sistema tradicional de los cubos, cacharros y armas de agua, es decir, sin contar con el apoyo de los bomberos y sus camiones cisterna que fueron protagonistas en las últimas ediciones.

Para algunos, la fiesta había comenzado el día anterior y se estuvo desarrollando a lo largo de toda la noche por varias plazas de la ciudad con la presencia de DJs y música hasta el amanecer. Donde más afluencia hubo fue en la zon TIR y en la explanada del cine. Allí, un año más, el H20 Festival hizo poner a Vilagarcía a bailar desde las 22.00 horas hasta las 8.00 horas. También la plaza del Castro contó con gran número de personas y en la calle de la Baldosa la música estuvo a cargo de la ya famosa Duendeneta.

Hacia el final de la noche, muchas personas se retiraron a su casa para recargar pilas para la batalla acuática. No obstante, las calles estuvieron constantemente llenas de personas con una energía casi infinita.

Cerca de las 12.00 horas, se empezó a notar el bullicio en el centro de Vilagarcía de Arousa. Pistolas de agua, cubos y botellas, eran las armas con las que se hicieron todas las personas que estaban dispuestas a enfrentarse a la batalla acuática.

El sol ya marcaba el medio día cuando el protagonista de la fiesta, San Roque, salía de la Iglesia Parroquial de Santa Eulalia de Arealonga hasta la capilla que lleva su nombre. Una vez el santo en su lugar y realizada la lectura del pregón, que estuvo a cargo del tan pedido Mercury vilagarciano, Fran García, se procedió con la tan esperada batalla acuática. Debido a la situación climática, este año se prescindieron de los camiones cisterna y de los bomberos. Sin embargo, no fue un impedimento para que se disfrutara como siempre se hizo. "Aquí no llega, aquí no llega", decían muchos fiesteros y fiesteras para recibir una mojadura. Los vecinos y vecinas de Vilagarcía, como todos los años, desde los balcones y ventanas de sus casas, tiraban el agua que se necesitaba para esta batalla.

Para que la larga noche de fiesta transcurriera con seguridad, se colocó un punto lila en la explanada del Auditorio para atender en caso de agresiones machistas. Del mismo modo, se desarrollaron patrullas con cuatro vehículos del Servizo Municipal de Emerxencias. Una vez finalizada la fiesta, las autoridades correspondientes afirmaron que, pese a una intoxicación etílica y a un par de cortes que fueron atendidas, la noche transcurrió sin incidencias importantes.

Debido al gran número de personas que se animaron a vivir el día grande de San Roque, el principal transporte de la ciudad arousana sintió también la afluencia. Los primeros trenes de la mañana, principalmente, y los autobuses, fueron los encargados de llevar a casa a quien se animó a venir.