"Me fui porque me perseguían, me pidieron dinero y me amenazaron"

A sus entre 25 y 26 años - no lo sabe a ciencia cierta - Birame Diol tuvo que dejarlo todo. A su madre, su trabajo y aquello que había conocido por la persecución que sufría en su pueblo, tras haber denunciado el abuso por parte de un vecino poderoso sobre las tierras que trabajaba. Sin más alternativas, hace casi tres semanas, y tras lograr reunir el dinero (unos 700 euros al cambio), no le quedó más remedio que someterse a una de las mafias que envían cayucos a Canarias, sin ningún tipo de garantía ni seguridad, junto a otros cientos de personas: hombres, mujeres y niños. El pasado miércoles llegó por fin a Sanxenxo, al igual que otros 53 compañeros procedentes de Senegal, Mali, Guinea Bissau y Guinea Conakri, donde pasará las próximas semanas alojado en el Hotel Baixamar hasta que su situación mejore, recibiendo atención especializada por parte de la ONG Accem.

¿Cómo está después de todo lo vivido?
No me encuentro bien. Me duele el cuerpo, tengo mal el estómago. El clima también es muy diferente, aquí hace mucho frío. Hice un gran esfuerzo en el mar, estoy verdaderamente fatigado. Ahora mismo solo querría poder volver a casa.

El buen Dios nos ayudó a llegar hasta aquí y nos salvó de morir en el mar. Renunciamos a todo por venir"

El viaje desde Senegal tuvo que ser muy duro. ¿Quiere contarme cómo fue?
Fue muy, muy difícil. Pero si tú sabes que hay esa posibilidad tienes que probar y pagas esos billetes. Lo peor es esquivar a los guardias, y sobre todo el recorrido en el mar. Es muy difícil. Muy difícil, verdaderamente. Pero el buen Dios nos ayudó a llegar aquí y nos salvó de morir. Salimos por la noche y no podíamos dormir. Había mucha gente y el agua estaba por todas partes. Una vez que subimos al barco teníamos que prestar mucha atención y, sobre todo, no dormirnos. Las olas, la arena, la gente... todos allí. Renunciamos a todo para venir.

¿En qué momento pudo empezar a sentirse a salvo después de haber tenido que pasar por eso?
Cuando nos subimos al vehículo para coger el avión y venir aquí. Le estoy muy agradecido al grupo de personas que nos ayudaron a ir en avión hasta Madrid. Gracias a la gente que nos acompañó en el avión. Y a la que nos rescató en el barco. Muchas gracias.

¿Tiene familia?
Mi padre falleció, pero mi madre está en casa, en Senegal. Ella está viva.

¿Por qué se fue de Senegal?
Me tuve que ir por un problema en mi pueblo hace dos años. Yo era agricultor, y un pastor que tenía una granja grande, con muchos animales, arruinó mi suelo. Era el suelo en el que yo cultivaba y me lo echó todo a perder. Ese hombre es poderoso, yo me enfrenté a él y denuncié lo que había pasado, pero la policía allí arregla todos los problemas y los casos pidiendo dinero. Me pidieron dinero y me amenazaron. Se inventaron cosas sobre mí, pero ellos mienten, yo tengo fotografías y las pruebas que lo demuestran. Me perseguían y me tuve que marchar por eso. La situación era muy difícil, no podía quedarme allí. Pedí asilo porque ya no podía volver a mi pueblo. Nunca más voy a poder volver allí.

¿Qué edad tiene ahora?
Yo tengo la misma edad que los otros chicos, más o menos. Como máximo tendré unos 26 años. Entre 25 y 26 años.

¿Y qué querría hacer a partir de ahora?
Trabajar. Solo quiero trabajar de cualquier cosa. Era agricultor pero puedo hacer cualquier trabajo. Vine porque me perseguían, aquello era muy peligroso para mí, solo quiero poder tener un trabajo y estar seguro.

¿Y sus compañeros? ¿Cómo están ellos?
Muchos de los chicos que conocí aquí vinieron por culpa de la guerra. En Mali hay guerra, y no podían quedarse más tiempo allí. Es una situación muy complicada. Aquí todos los chicos pasan por situaciones difíciles. Algunos tienen familia. Lo que más quiero yo es poder trabajar.

Seguro que todo saldrá bien.
Muchas gracias. Estoy muy agradecido. Nos han ayudado mucho aquí. Estoy muy agradecido a todos, de verdad.