"De casualidad". Asi se enteró la dueña de la panadería Veiganova de Sanxenxo, Susi Pérez, de que uno de los encargos que tenía anotados para la mañana de este viernes era el desayuno del rey emérito. Y es que, ese mismo día, más madrugador que de costumbre, y ante la amenaza de empeoramiento de las condiciones meteorológicas a lo largo de la mañana, Juan Carlos I abandonó el domicilio de su anfitrión, Pedro Campos, a las 10.37 horas. Lo hizo no sin antes disfrutar de un desayuno en el interior del inmueble a base de croissants y tarta de queso, que habían sido comprados directamente para la ocasión en la conocida panadería sanxenxina.
En el caso de los famosos croissants del establecimiento, desde la casa de Pedro Campos acudieron ya a adquirirlos durante el mediodía del día anterior, si bien el encargo de 12 unidades tuvo que esperar hasta las 8.30 horas de este viernes, cuando puntualmente el establecimiento los tuvo listos para servir la mesa del rey emérito. Para Susi Pérez, la dueña del negocio local, que en el momento de tomar nota del encargo no logró identificar a la persona que hizo el pedido en la misma tienda, descubrir que había preparado el desayuno de Juan Carlos I fue "un honor, estoy encantada, muy orgullosa y muy contenta", aseguró a Diario de Pontevedra. Aunque esto le pilló por sorpresa, afirma que "tuve una intuición cuando vinieron a encargarlos, porque atendí yo a la persona que vino", pero no fue hasta este viernes, sin embargo, cuando supo que había vendido el desayuno del rey emérito.
