Katia Álvarez. Directora de Enología de Martín Códax

"Lo que ha conseguido la D.O. Rías Baixas hace quince o treinta años era impensable"

Desde pequeña Katia Álvarez Bugarín (O Porriño, 1978) tuvo claro que su camino iría orientado al campo. Ingeniera técnica agrícola por la USC, y licenciada en Enología en La Rioja, es directora de Enología de la bodega Martín Códax desde hace una década, desde donde trabaja para impulsar el albariño. "Estamos muy orgullosos de lo nuestro", dice
Katia Álvarez, directora de Enología de la bodega Martín Códax. DP
photo_camera Katia Álvarez, directora de Enología de la bodega Martín Códax. DP

Un flechazo. Es lo que ha dicho en más de una ocasión que ha sido suyo con la enología. ¿Siempre ha querido dedicarse a este mundo?

Crecí en Porriño en una casa típica de campo. Mi padre tenía viñas para hacer vino para casa y eso siempre me llamó la atención. Teníamos una economía en la que cultivábamos nuestras verduras y hacíamos una pequeña cantidad de vino y a mí todo lo relacionado con el campo me gustaba. Y cuando visité una bodega por primera vez, sí, fue un flechazo. En ese momento estaba estudiando Ingeniería Técnica Agrícola y tomé la decisión de encaminar el resto de mis estudios hacia la Enología. 

Empezó su trayectoria en La Rioja y actualmente es la directora de Enología de una de las principales bodegas de las Rías Baixas.

Había dos o tres universidades con la carrera de Enología. En aquel momento no solo quería ser enóloga, sino entender la cultura del mundo del vino, que es peculiar. El vino está rodeado de una magia, de una forma de vida, de una manera de entender las cosas. Es necesario respirarlo para entenderlo. Por eso tomé la decisión de estudiar en La Rioja, porque es la cuna del vino en España. Fue una decisión muy acertada porque me dio otra perspectiva, no sólo conocimiento y capacidades técnicas. Después trabajé en varias bodegas y viajé por distintos países del nuevo mundo, como Chile, para ver nuevas perspectivas. Aprovechaba esos primeros años haciendo vendimias en septiembre en el hemisferio norte y en febrero en el hemisferio sur, porque era la forma de adquirir conocimiento en un tiempo más corto. Si algo tiene este mundo es que es muy estacional.

¿Qué diferencia los vinos de la denominación de origen Rías Baixas del resto?

Si algo puedo destacar de Rías Baixas es la identidad del origen. Aquí nos marca mucho el hecho de ser gallegos. Somos muy apegados a la tierra y esto se traduce en nuestra forma de ser, nuestra forma de pensar y nuestra forma de desarrollar la vida laboral. Estamos muy orgullosos de lo nuestro, de lo que hemos conseguido. Hay que pensar que Rías Baixas es una denominación de origen muy joven y pequeña, donde se recogen cada año 35 ó 40 millones de kilos de uva. En España hay bodegas que elaboran esa cantidad. Hace 40 años aquí se hacía albariño en las casas para consumo propio, pero no había un desarrollo. Se ha conseguido desarrollar en un periodo de tiempo bastante corto una denominación de origen potente, moderna y poner en conocimiento a nivel internacional una varietal como es el albariño. Esto hace 15, 30 años era totalmente impensable. Se ha trabajado mucho por parte del sector y se han hecho bien las cosas. También a nivel internacional. Por otra parte, yo creo que con el vino también viajan otros elementos de la cultura, el marisco, el Atlántico, nuestra forma de vida.

Han sido años complicados: la pandemia, el Brexit, la crisis de materiales, la guerra de Ucrania... ¿En qué momento se encuentra el sector?

Venimos de unos años muy convulsos también en el mundo del vino. Es evidente. Ahora estamos en un momento de recolocación, de volver a situarnos. Nosotros éramos un sector y una denominación que íbamos trabajando con una muy buena trayectoria y, de repente, pasa algo tan fuerte como una pandemia que trunca todo. La verdad es que hemos salido reforzados, se ha trabajado mucho y, en general, todas las industrias están intentando alcanzar una normalidad. Lo que ha cambiado estos años, eso sí, es el patrón de consumo. Antes estaba muy relacionado con el salir a la calle, con ir a un restaurante... En la pandemia mucha gente incorporó el vino en su día a día. Ese momento en muchos casos se ha quedado.


Hablaba de innovación. ¿Cuáles son los retos de la enología en ese sentido?

Seguir innovando, haciendo vinos diferentes y ser capaces de dar al albariño un mejor posicionamiento. A día de hoy el albariño es un varietal muy versátil, que permite hacer vinos con elaboraciones especiales. Eso tenemos que seguir siendo capaces de explotarlo y volver más hacia la tierra, ser capaces de buscar parcelas, zonificaciones únicas… El albariño es un varietal que le permite lucirse si se trabaja siguiendo estos pasos y nos permite llegar a tener vinos con una expresión diferente.

Si algo puedo destacar de Rías Baixas es la identidad del origen



La proyección internacional es especialmente importante para los caldos de Rías Baixas.

Sí. Estamos presentes en muchos países. Martín Códax, por ejemplo, está en 50 países en todo el mundo. Desde China a Japón, República Dominicana... En este momento EE.UU. es uno de los mercados más potentes. Inglaterra, en Benelux... son conocedoras de nuestros vinos, se están dando buenos pasos. Piensa que llevamos exportando más de veinte años. El reto ahora mismo es seguir dándonos a conocer a la vez que mejorar nuestro posicionamiento como elaboradores de vinos de calidad, como han hecho otros países. 

¿Qué sensaciones tiene de la añada que viene?

Ahora mismo estamos en un momento muy temprano del ciclo del viñedo, pero todo hace pensar que la vendimia discurrirá en fechas normales o puede que sea algo temprana. La mayor incógnita es la situación de variabilidad de condiciones meteorológicas de cada año, por ejemplo, pasamos de un verano como el 21 que llovió todo el mes de agosto, al del año 2022 donde nos achicharramos todos. El gran reto cada año es ser capaces de anticiparnos y de tomar las decisiones adecuadas para tener la mayor calidad de uva. Hoy por hoy, las condiciones climáticas hacen que pueda cambiar todo el desarrollo de la vendimia. 

"Somos la generación de las primeras mujeres que tuvimos la oportunidad de llegar"

Ha sido elegida como una de las diez mejores enólogas de España por una prestigiosa revista especializada. 

Cualquier reconocimiento al trabajo es una alegría, porque ves que todo el esfuerzo que estás haciendo se valora. Pero también este reconocimiento ha sido gracias a la bodega en la que estoy y a las oportunidades que se me dan. Al tener la oportunidad de tomar todas las decisiones o hacer todas las pruebas que quieras, eso al final te va dando información y te permite hacer cosas diferentes. No en todos los sitios se tiene la misma capacidad de innovación.

Cada vez vemos a más mujeres al frente de bodegas o de sus departamentos de enología. ¿Cómo ha evolucionado el sector?

Ha ido cambiando con los años como la sociedad. Es cierto que para mí Galicia es diferente por el matriarcado que hay, sobre todo en Rías Baixas, donde mujeres sacaban las familias adelante. De todas formas, pocas veces me encontré impedimentos de ser mujer. O si me los encontré no les hice caso. En otras zonas donde hay más tradición sí que el sector está más masculinizado porque son los primeros, era más complicado llegar. Hoy por hoy tengo muchas colegas enólogas. Somos la generación de las primeras mujeres que tenemos tuvimos la oportunidad de llegar.