Condenan por contrabando a tres personas en relación con una narcolancha en Vilanova

El pionero fallo señala que al menos una de ellas, de nacionalidad venezolana, habría llegado a Galicia "tras una travesía transoceánica"

 La narcolancha intervenida en Vilanova de Arousa. GONZALO GARCÍA
photo_camera La narcolancha intervenida en Vilanova de Arousa. GONZALO GARCÍA

Dos de ellos fueron interceptados en la rampa del puerto náutico de Vilanova de Arousa en la impunidad de la noche, sobre las 2.45 de la madrugada del 28 de agosto de 2020. El tercero fue detenido en una batea. Los tres han sido condenados en el Juzgado de lo Penal 1 de Pontevedra a dos años de prisión por un delito de contrabando, tras alcanzar la dársena de la villa de O Salnés a bordo de una extraña narcolancha tan potente como vistosa, pintada de blanco y con detalles en azul y rojo y bautizada como Clímax II. Su sola tenencia como género prohibido acarreaba ya en aquel momento la comisión del citado ilícito penal y, aunque ya no tenía droga en su interior, el fallo judicial asegura que "había navegado por aguas territoriales hasta el referido punto de la ría de Arousa, culminando una travesía transoceánica guiada a la introducción de mercancías ilícitas en nuestro territorio", según consta probado en la sentencia. Los tres acusados, los dos primeros gallegos y el tercero venezolano, reconocieron los hechos tal y como los planteó el fiscal Antidroga, Pablo Varela, en una de las primeras sentencias tras los recientes golpes a la fabricación y tenencia de embarcaciones como la citada que, por sus características, solo tienen un posible uso: el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes.

La sentencia detalla que los dos gallegos, vecinos de la zona y con antecedentes penales relacionados con el tráfico de cocaína, "empleando un remolque enganchado a un vehículo todo terreno Isuzu Rodeo propiedad de uno de ellos, remolcaban desde el agua tierra la embarcación Clímax II", y añade que fueron sorprendidos por agentes de patrulla de la Guardia Civil, que "accionaron los dispositivos luminosos de su vehículo oficial y se dirigieron a pie hacia los investigados, requiriéndoles que cesaran en su acción con la repetida advertencia verbal, alto Guardia Civil, llegando a tener que realizar tres disparos al aire al dirigirse a ellos los investigados".

Esta reacción de los agentes, explica la sentencia, determinó a Luis Miguel U.G., uno de los sospechosos, "a echarse al suelo", mientras que José Luis S.P., el segundo, "huyó del lugar a la carrera, tirando al suelo a uno de los agentes, que ya no pudo alcanzarlo al correr tras él".

Ambos investigados estaban acompañados cuando menos de otro individuo que huyó a nado del lugar "tras intentar infructuosamente accionar los motores de la embarcación y reflotarla para huir con ella". Se piensa que se trata del venezolano Luis José M. S., que fue localizado sobre las 8.10 horas de la mañana por los agentes de la Guardia Civil a bordo de una embarcación del Servicio Marítimo en una batea cercana.

El fallo considera que el venezolano fue uno de los que completaron la singladura a través del Atlántico y que los dos gallegos se hicieron cargo de la lancha una vez en la ría de Arousa. Sobre las penas, en el caso del sudamericano, el tribunal acuerda la sustitución de la cárcel por la expulsión del territorio nacional. La lancha quedó decomisada.

Dos motores de 400 cv cada uno

La lancha incautada es una embarcación de 12,90 metros de eslora por 2,60 metros de manga, de color blanco con unas gárgolas pintadas en estribor y babor de color rojo y azul con una sala de máquinas provista de dos motores de 400 cv cada uno que le confieren una gran potencia en al agua.

En el interior contaba con una cabina de pilotaje con aparatos de gobierno y navegación, asiento del patrón de la embarcación y una colchoneta a su izquierda a modo de camastro. Tenía una bodega de carga dotada con dos arcones con una gran cantidad de alimentos, menaje de cocina y utensilios para cocinado, así como otra colchoneta a modo de catre. Por último, en la bodega de proa se encontraron bidones de combustible vacíos.