La renovación de la Praza Pública de Vilalonga, epicentro de la vida en la parroquia sanxenxina, ya es una realidad. El recinto, que permaneció acotado desde el inicio de las obras, a finales del pasado año, abrió al público este martes por la tarde, después de que durante la mañana los operarios apurasen los últimos retoques de ajardinamiento e iluminación.
Los trabajos, que sufrieron un ligero retraso con respecto a los plazos previstos a causa de la meteorología, están valorados en casi un millón de euros, y suponen la humanización definitiva de un entorno del que ahora queda eliminado el tráfico rodado, manteniendo el acceso de servicio al campo de fútbol.
Como consecuencia de la nueva ordenación de la plaza, cuya necesidad de renovación se remonta a una demanda histórica vecinal de varios años, y para la que fue necesario incluso negociar el derribo del antiguo quiosco, el tramo de la PO-505 que discurre paralelo a la plaza queda limitado a una velocidad de 30 km/h. Ambos lados de la plaza cuentan con aceras amplias.
Para potenciar la zona infantil se ha renovado el parque por completo, con nuevos elementos de juego y eliminando las barreras físicas y el graderío perimetral, que perjudicaba el acceso.
La zona central del graderío cuenta ahora con una pérgola para acoger eventos culturales y deportivos con sombra durante la temporada estival. La plaza incrementa así su espacio útil, que pasa de los 4.011 metros cuadrados a los 5.280 actuales.
En el caso del campo, se mejoraron los accesos, y se plantaron abedules que sirven de barrera entre la carretera y la plaza, que ahora cubre las necesidades de espacio infantil y de eventos.
