Cuando en el año 2006 el Concello de Sanxenxo compró el Pazo de Quintáns, entonces no era ni la sombra de lo que había sido, ni de lo que llegará a ser. Hicieron falta 1,8 millones de euros en una primera fase de obras para acondicionar, a partir del año 2019, una edificación que había permanecido cerrada más de una década desde su compra, y en completa decadencia muchas décadas antes de esto, y que data del siglo XVI.
Durante el proceso de reforma se pudieron salvar tres vigas de madera de 400 años de antigüedad, que forman parte del elenco de joyas del Pazo, que también alberga en su interior la mesa original de plenos de la Casa Consistorial, que fue trasladada allí durante la reforma. Entre los tesoros de la edificación destacan el escudo de la familia Paadín y una capilla exterior que los vecinos y vecinas de Noalla siguen llenando de flores, con una talla medieval de la Quinta Angustia. El jardín trasero, además, conserva una fuente y un hórreo sin pies de unos 120 años. Junto a un antiquísimo ejemplar de abeto blanco, todos los elementos forman un singular conjunto que albergará, en un futuro, el Centro de la Cultura Gastronómica de las Rías Baixas.
El proyecto está incluido en la segunda parte de la reforma, con una partida de 1,3 millones de los fondos Next Generation, y prevé dotar al Pazo de contenidos museográficos, suministros y mobiliario, para promover la gastronomía y la cultura del territorio. En este sentido, cobrarán especial importancia los jardines y huertas, donde se investigarán los cultivos y se recuperará su flora. El centro será un invernadero experiencial que se instalará para celebrar eventos y que contará con una agenda gastrocultural. También habrá experiencias inmersivas para disfrutar de la arquitectura palaciega, la gastronomía y el entorno.
