Tras aproximadamente tres días sin salir del interior del inmueble de Pedro Campos en Nanín, Juan Carlos I se reencontró durante el mediodía de este viernes por primera vez con el Bribón desde su llegada a Sanxenxo la noche del pasado lunes. Lo hizo acompañado de su hija la infanta Elena, quien le siguió de cerca desde la embarcación Erica, y que, según estaba previsto, hizo acto de presencia en el municipio en la mañana de este viernes para compañar a su padre, tal y como ya hizo en las anteriores ocasiones.
Juan Carlos I llegó al pantalán del puerto deportivo de Sanxenxo pasadas las 13.00 horas, sin previa parada en el Náutico, y saludando desde el asiento del copiloto del vehículo conducido por Pedro Campos a los allí presentes.
El protocolo para descender por las escaleras que dan acceso al barco debido a sus dificultades de movilidad tampoco sufrió contratiempos por lo que, tras ser ayudado por su asistente y por miembros de la tripulación, minutos después ya se adentraba en la ría, para entrenar durante las horas posteriores de cara a la regata Desafío Barceló que se disputa este fin de semana en el municipio, y que será la última serie de 2023 de la liga Española de la clase 6mR.
Cena y despedida
Aunque su primera aparición pública tuvo lugar durante la mañana de este viernes, Juan Carlos I ya había salido del inmueble de Campos en la noche anterior, alrededor de las 21.00 horas, después de haber permanecido en las últimas jornadas descansando del viaje desde Abu Dabi y sus escalas, una de ellas en Vitoria, y donde también se organizó una comida con su familia en la jornada del miércoles.
El motivo de la salida no fue otro que ir a cenar en compañía de Campos y de otros allegados a un establecimiento de O Grove, como también hizo en su anterior visita al municipio, en la que recuperó sus antiguas costumbres en Galicia.
Durante la mañana de este viernes, el emérito despidió también a su hermana, la infanta Margarita, a su marido, Carlos Zurita, sus sobrinos, María y Alfonso Zurita, y al pequeño Carlos, su ahijado, que lo visitaban en Sanxenxo desde el martes, y que acudieron a Nanín para verle por última vez, hasta su próximo viaje.