El tiempo corre y las modas van pasando dice el dicho popular. Esta frase parece no afectar a uno de los lugares más icónicos y visitados de todo Sanxenxo, la ermita de A Lanzada, que parece estar en uno de sus puntos más álgidos, especialmente, después de la pandemia.
En verano, la famosa capilla se convierte en un lugar de admiración, tanto para visitantes como para las propias personas locales. "A mín gústame moito vir ata aquí dando un paseo e contemplar o mar. Axúdame a descansar a cabeza", comenta una vecina.
En esta época del año, sobre todo por las mañana para evitar el fuerte calor, son numerosas las visitas de los turistas a la ermita. "El lugar en el que está situada es precioso y la capilla tiene un carácter especial", afirma una visitante de Porto que admite haberla encontrado "de casualidad".
Y es que su ubicación, situada a escasos metros del océano Atlántico, convierte la capilla en una parada obligatoria para todo aquel que quiera irse con una foto única, al lado de un monumento histórico y con el mar de fondo.
PEREGRINOS. Con el auge del Camino de Santiago durante los últimos años, donde Sanxenxo recibe caminantes a través de la Ruta del Padre Sarmiento, la ermita de A Lanzada ha ganado otro tipo de visitantes.
"De lo que llevamos de camino, A Lanzada me ha parecido el lugar más emblemático. La ubicación es un auténtico lujo", comentan dos peregrinos procedentes de Mérida mientras disfrutan de las vistas.
Con destino final en Santiago de Compostela, parece muy difícil que todo aquel peregrino que pase por aquí no se vaya de la ermita de A Lanzada con una sensación parecida a la de este peregrino de la ciudad portuguesa de Chaves. "Aquí encontré la paz y la calma", afirma el caminante.
