O Tío Benito, 50 años de tradición culinaria

El restaurante de Barrantes celebra este sábado, 9 de marzo, sus Bodas de Oro, con una sesión vermú en la que no faltará la música ▶ Así es su historia
Irene Lojo junto a su madre Saladina Abal en el restaurante O Tío Benito de Barrantes, Ribadumia. GONZALO GARCÍA
photo_camera Irene Lojo (izq) junto a su madre Saladina Abal (der) en la barra del restaurante O Tío Benito. GONZALO GARCÍA

50 años dan para mucho. Sino, que se lo digan al restaurante O Tío Benito, situado en Ribadumia, que pasó de ser un bar en sus inicios, a convertirse en uno de los restaurantes más reconocidos de la comarca, no solo por su comida, sino por su excelente trato y servicio

De bar familiar a restaurante de referencia en la comarca

La historia del establecimiento se remonta al año 1974, más concretamente al 8 de marzo. Anteriormente, Camilo Lojo Laínez, fundador de O Tío Benito, había mandado a su esposa, Saladina Abal, a Galicia procedente de Venezuela para que sus hijos nacieran en territorio gallego. Tiempo después, fue Lojo quien regresó a España tras 20 años al otro lado del charco, y decidió abrir un "bar de pueblo, de aldea", explica Irene, una de las hijas del matrimonio. "Cuando se abrió el bar, teníamos la casa empezada, mi padre iba mandándole dinero a mi madre muy pobremente". "Empezamos no con penurias, pero mi madre estaba embarazada del tercer hijo, éramos una familia humilde". "Mi padre traía las ideas muy claras de Venezuela, ya que había estudiado hostelería allí, era barman y había trabajado en los mejores hoteles y restaurantes del país, con lo cual era una persona con bastante visión, preparada", añade Irene.

Cuando Camilo decidió regresar a España y montar el establecimiento, "sabía que en Barrantes no podía implantar el tipo de negocio en el que había trabajado". Así que se decantó por montar una "taberna bien, en la que si ponía pinchos morunos fuesen los mejores". A pesar de la gran calidad de los platos que integran su menú, desde la familia aseguran que es una cocina "muy sencilla, casera, y en el que se apuesta mucho por el servicio".

La acogida en el lugar fue muy positiva, ya que tanto mayores como jóvenes visitaban asiduamente O Tío Benito.  "A las mañanas venía la gente a tomar el vermú. Después quedábamos vacíos al mediodía y comíamos nosotros, la familia. Y también venía la juventud a tomar el café, era como el bar del pueblo, un punto de encuentro de la gente joven".

Uno de los puntos fuertes del restaurante, tal y como explica Irene, era la noche. "Siempre la trabajamos muy bien. Empezamos con cuatro cosas sencillitas: con los pinchos morunos, el jamón asado, los domingos teníamos callos y siempre fuimos muy bien acogidos. Siempre había mucha gente por las noches para el picoteo, era el punto de encuentro. Toda la juventud empezaba aquí y después se partía hacia las discotecas".

Pero llegó un día, hace aproximadamente 35 años, en el que todo cambió. "Yo me acuerdo que comíamos nosotros solos y a veces entraba alguien por la puerta para comer, pero nosotros no ofrecíamos ese servicio. Los mandábamos a los sitios que había por aquí, que tenían menú del día. Pero un día que había sobrado un poco de ternera con patatas que había hecho mi madre, se la ofrecimos, y a raíz de eso, cada día hacíamos una ración de más. Cuando nos dimos cuenta se convirtió en una casa de comidas, no digo restaurante que se queda grande, pero sí en una casa de comidas tradicional donde había cola para entrar todos los días. El mismo cliente nos fue obligando a ir haciendo comida", explicaba Lojo.

Productos de calidad y un trato cercano

Una de las cosas que diferencia a O Tío Benito de los demás establecimientos gastronómicos de la comarca es su carta. Y es que, desde el principio, se ha caracterizado por ofrecer comida tradicional, cuidando al detalle la calidad de su producto. Por ello, cada día el menú cambia según lo que Irene y demás integrantes del equipo de trabajo del restaurante quieran ofrecer al día siguiente. "Empezamos a formar la carta por la tarde-noche, cuando ya me llama la peixeira y le digo: para mañana me vas a traer choquito, un pescado para freír, unos jurelitos o unas xoubas y unos bacalaos para rebozar". 

Aún así, hay "tres o cuatro" platos fijos que no cambian dependiendo del día, como una de sus especialidades: el jamón asado. Lo que permite esta variedad de alimentos es que "puedes venir a comer aquí todos los días y tienes una carta muy variada que nunca te aburre", expresa Irene. 

Otro de los secretos que hacen tan reconocido a O Tío Benito es el trato de su personal hacia todos los que le visitan. Y es que, en palabras de su dueña, el restaurante "no está enfocado como un negocio, sino como una casa de comidas muy familiar, donde procuramos que el cliente esté muy a gusto y así pueda repetir". Lo cierto es que la clientela que frecuenta el lugar es muy fiel. Además de los más cercanos de la parroquia, "viene gente de toda Galicia e incluso de fuera que repiten cada verano, para ellos ya es una parada obligatoria si van a Sanxenxo o a otros sitios de la zona".

Una gran fiesta de aniversario

50 años no se cumplen todos los días. Es por eso que O Tío Benito organiza para este sábado, 9 de marzo, una gran fiesta abierta para todo el público. La actividad, que se desarrollará en la Praza do Concello, empezará a las 12.00 horas con una sesión vermú en la que los asistentes podrán disfrutar de una degustación de jamón. Además, el reconocido restaurante servirá unas "deliciosas" actuaciones musicales a cargo de artistas de moda de la comarca y alrededores. Los Segundos, Fora de Ser Vicio, Bruno Canario, M80, Fla Meco, Noite Fechada, MB Discomóvil y Mavdba pondrán la nota musical a una jornada de convivencia para los amantes de la comida de O Tío Benito.

Cartel promocional de la fiesta de 50 aniversario del restaurante O Tío Benito. DS
Cartel promocional de la fiesta de 50 aniversario del restaurante O Tío Benito. DS