Mañana soleada en Vilanova y Rody Aragón, después de abrir a Diario de Pontevedra las puertas de su circo, abre también las puertas de su corazón para charlar un rato sobre su larga carrera, que actualmente le ubica en O Terrón.
¿Cómo se encuentra Rody Aragón esta semana en Vilanova?
En Vilanova estoy muy feliz. Hacía mucho tiempo que no venía por Galicia y siempre digo que cada vez que venimos recuerdo lo que decían mi padre y mis tíos sobre el gran cariño que nos entrega el público de aquí. Nosotros le tenemos un cariño especial a esta tierra y lo vemos estos días al final de las funciones. La gente llega con muchísimas ganas y acaba de pie. Los que nos dedicamos a esto sabemos que eso no es fácil. Es imposible que me sienta mal en Vilanova con un recibimiento así.
¿Cómo siente entonces ese recibimiento del público gallego?
El primer día fue un lleno total y eso te da la tranquilidad de saber que hay interés. Fue una reacción inmediata en un final que es muy especial. Hasta me dio un poco de corte notar tantos aplausos y ovaciones. Intentaba calmarlos con agradecimientos y seguían de pie. Eso es maravilloso.
¿Qué significa para usted Vuelve a Soñar?
Es una idea que tuve hace cuatro o cinco años y desde aquella notaba como voces en mi cabeza que me animaban a hacerlo. La idea es un circo que cuente toda la historia de mi familia, desde el ‘boom’ en televisión hasta hoy. Además, el miércoles hizo 50 años del primer programa de mi familia en la televisión, entonces es una fecha ideal para poder conmemorarlo. Con ‘Vuelve a Soñar’ queremos enseñar el valor que le damos a todo lo que nos pasó en aquella época. Intentamos traer la magia de ‘Los Payasos de la Tele’ al día de hoy.
¿Diría que el objetivo es llenar de recuerdos a su público?
Exactamente, aunque sin olvidarnos tampoco de los niños, que al final se divierten muchísimo con el espectáculo, que está pensado para que todo el mundo se entregue desde el principio. Hemos logrado hacer un ‘show’ lleno de ritmo y considero que es lo mejor que he hecho dentro de una carpa de circo en toda mi vida.
¿Siente responsabilidad por haber marcado la infancia de muchos españoles?
Yo estoy recibiendo ahora dos cosas muy bonitas. La primera de ellas es el gran cariño que se le tiene a mi familia, que es algo muy unánime. Siempre notas ese agradecimiento y esas palabras bonitas de todo el mundo. La segunda, aún más bonita, es el respeto al trabajo que nosotros siempre hemos hecho. La gente me agradece el trabajo tan profesional y tan profundo de toda mi familia en favor de los niños y es un orgullo. Ese respeto me está llegando ahora a mí con esos padres que vienen al circo, te paran y te piden por favor que nunca dejes de hacer esto. Eso me pone muy feliz y me compensa la cantidad de días que estoy fuera de casa sin ver a los míos.
¿Era muy exigente aguantar el ritmo de la televisión?
Sí, la televisión es muy dura. Emites las 24 horas del día, hay una competencia permanente por la audiencia, ves muchas caras largas y también alegrías o lo que hoy te funciona, mañana ya no. Es un mundo demasiado especial.
¿Qué consejo le daría al Rody Aragón más joven?
Me encantaría tener, en aquella época, la experiencia que tengo ahora porque siempre he sido muy inquieto. He aprendido a tener paciencia y eso lo necesitaba en mis inicios. Tampoco me arrepiento de lo que he sido.
¿Cree que la magia y la tradición del circo se está perdiendo?
Es una muy buena pregunta. Hay una leyenda que cuenta que esto se pierde y no es así. Lo que sí que es verdad es que al espectador le tienes que dar grandes ‘shows’. Es cierto que los circos familiares con poco presupuesto ya no se defienden como antes porque el público quiere algo llamativo. Pero si se sigue por el camino de la perfección, público para el circo hay toda la vida.
Una mirada al pasado
"Quiero reflejar que todo esto es gracias a lo que me enseñaron"
¿Qué suponía trabajar al lado de toda su familia?
Precisamente este espectáculo me recuerda a mí mismo toda mi trayectoria. Toda la historia que yo he vivido se plasma aquí en una función de dos horas y es mi agradecimiento personal a haber nacido en una familia que me ha dado tanto como la mía, tanto a nivel personal como profesional. Quiero reflejar que todo lo que he conseguido es gracias a todo lo que me enseñaron y el cariño que me brindaron para que yo continuara.
¿Cómo recuerda esos inicios?
Los miembros más jóvenes de mi familia hemos salido desde muy pronto en la televisión y eso lo recuerdo como un juego. Cuando cogí las riendas a nivel profesional notaba una responsabilidad muy grande ya que siempre he tenido al lado a auténticos monstruos del escenario como mi padre o mis tíos. Al principio ponerte al ritmo de ellos es muy complicado pero nunca me han exigido nada. Mi familia siempre me ha dicho que fuera poco a poco y que fuera definiendo mi personalidad y encontrando mi hueco.
Si tuviera que quedarse con un solo momento de su carrera, ¿cuál sería?
El circo me encanta porque tienes al público en directo y cerca. Cada día es un reto y no puedes bajar la guardia aunque funcione. Sin embargo, en la televisión viví una etapa muy bonita cuando presenté el programa ‘Sorpresa, Sorpresa’ y recorrí el mundo entero. Fui conociendo en persona a grandes figuras como Michael Jackson, Michael Jordan, Marilyn Monroe... Ese programa lo recuerdo con muchísimo cariño. Es algo inolvidable porque estábamos siete días en cada lugar y vivimos mil aventuras como bucear entre tiburones blancos.
En el lado contrario, ¿cuál fue la peor experiencia de su carrera?
A nivel profesional no he tenido demasiadas. Puedo decirte algunos momentos duros como intentar llevar hacia delante una gira que no estaba funcionando como quería o elegir mal a la empresa que me acompañaba. Ese último caso es todo lo contrario a lo que estoy viviendo ahora, que nos hemos unido un equipo que ha congeniado de maravilla y que me hace pensar que tenemos gira para años.
