Las redes de la cocaína usan narcosubmarinos en Galicia desde 2007

El hallazgo casual del lunes en Vilaxoán acredita que las organizaciones de las Rías Baixas siguen apostando por un sistema en el que se iniciaron hace 15 años

 Imagen de la proa del semisumergible que los narcos trataron de hundir a una milla del puerto de Vilaxoán. DP
photo_camera Imagen de la proa del semisumergible que los narcos trataron de hundir a una milla del puerto de Vilaxoán. DP

A las 8.30 horas de la mañana del lunes, una embarcación tipo Águila del Servicio de Vigilancia Aduanera localizaba la punta de lo que parecía un semisumergible a una milla náutica del puerto de Vilaxoán, en el corazón de la ría de Arousa. El aviso de un pescador que faenaba por la zona puso en marcha un amplio dispositivo iniciado por el organismo dependiente de la Agencia Tributaria y los Guardacostas de la Xunta de Galicia y apoyado posteriormente por la Guardia Civil, cuyo Servicio Marítimo tiene medios navales para operar tanto en la superficie como en el fondo marino. Aduanas confirmó que se trataba de un LPV (siglas de Low Profile Vessel, abreviatura empleada a nivel internacional para esta clase de embarcaciones) haciendo uso de su dron submarino dotado con cámaras subacuáticas. Poco después fueron los GEAS del Instituto Armado los que se aproximaron al pecio con la intención de entrar, maniobra del todo imposible ante las condiciones marítimas existentes durante la jornada en todas las Rías Baixas, con fuerte viento y oleaje respetable.

Mientras, en tierra, el Cuerpo Nacional de Policía prosigue con sus pesquisas en relación con las tres grandes organizaciones gallegas con capacidad para promover esta clase de aventuras transoceánicas. La Udyco Central y su delegación en Pontevedra, el Greco Galicia, tienen claro que al menos desde 2007 se producen esta clase de viajes, algo que viene contando este periódico desde 2018, un año antes de la aparición del famoso narcosubmarino de Aldán. Este nuevo hallazgo, fruto de la casualidad, se produjo porque los narcos no calcularon el calado del lugar en el que hacían colapsar la embarcación. Después de entregar un gran alijo de cocaína, optaron por abrir las válvulas en un punto extrañamente próximo a las costas y cuya profundidad dejaba al descubierto la punta del aparato. No será hasta este martes cuando se confirme al cien por cien lo que parece una obviedad: la descarga se ejecutó en la clandestinidad y los narcotraficantes gallegos ganaron, en esta ocasión, la batalla contra las fuerzas de seguridad.

El muelle de Vilaxoán era este lunes un hervidero a las pocas horas de la noticia. La Policía Nacional, que apuesta por mantener en secreto sus pesquisas, la Guardia Civil, que tenía información de la posible llegada de un semisumergible, lo mismo que Vigilancia Aduanera, enviaron a sus primeros espadas al lugar. Allí estuvieron el comisario, Juanjo Díaz, el coronel, Simón Venzal, y el jefe del SVA en Galicia, Jaime Gayá. También la subdelegada, Maica Larriba. Junto a ellos, los mejores antidroga de todos los cuerpos, incluido el citado Greco Galicia de la Brigada Central de Estupefacientes, pero también la Unidad Central Operativa y el Edoa de la Comandancia, a la expectativa.

La primera intención de alcanzar el interior del semisumergible por parte del Grupo Especial de Operaciones Subacuáticas fue una misión imposible. Las fortísimas rachas de viento y el oleaje, que por momentos impedía incluso la visión de la punta del aparato en la ría de Arousa, hicieron inviable el acceso a un LPV que, según las primeras estimaciones, tendría unos 17 metros de eslora, algo menos que el de Aldán, aunque con características exteriores similares: fibra de vidrio, color gris para mimetizarse en el entorno marítimo (en altamar es completamente indetectable) y motorización interna, probablemente diesel, si bien este extremo no podrá ser confirmado hasta este martes, cuando una empresa especializada proceda a su reflote, remolcado hasta el muelle y posterior análisis forense.

Sobre la travesía del aparato naval, se desconoce su punto de partida concreto. En todo caso, habría partido desde un astillero clandestino del otro lado del Atlántico, que bien podría ser la desembocadura del Amazonas o del Orinoco, en las inmediaciones de Surinam, puntos utilizados tradicionalmente para el inicio de estas largas travesías transoceánicas.

Fabricación de semisumergibles en serie

Colombia decomisa decenas de narcosubmarinos muy similares al localizado este lunes en la ría de Arousa cada año. Las redes del narcotráfico los emplean principalmente para enviar los alijos desde su país hacia Centroamérica. Sin embargo, existe una segunda ruta, mucho más peligrosa, que une Sudamérica con Galicia y que permanece abierta desde hace más de 15 años. Las organizaciones criminales disponen de capacidad para fabricar estos aparatos en serie, no solo en el país productor de la cocaína, sino también en los vecinos Venezuela y Brasil. Astilleros clandestinos en zonas fluviales y boscosas con vigilancia por parte de grupos paramilitares son lugares estratégicos para el ensamblaje de los aparatos. Para los viajes dentro del propio continente americano pueden apostar por artefactos más pequeños que incluso pueden montar motores fueraborda, pero en el caso de la ruta a través del Atlántico, los semisumergibles son de un mayor tamaño y con uno o dos motores en una improvisada sala de máquinas interior.

Las organizaciones gallegas disponen de personas afincadas en Sudamérica desde hace años que se encargan de gestionar los cargamentos de forma conjunta con sus socios colombianos, de forma que cada red delictiva arriesga una parte del mismo aportando los fondos que le corresponden. La apuesta es casi segura, pues un sistema que lleva funcionando durante años solo ha tenido una caída, la de Aldán, pues el hallazgo del lunes en Vilaxoán no es más que una muestra de su modus operandi: transporte, descarga a lanchas rápidas y hundimiento intencionado para borrar huellas.

Relación con las narcolanchas Ribeira

La aparición de narcolanchas en Ribeira hace apenas tres semanas no fue más que el indicio claro de que una embarcación nodriza había alcanzado las cercanías de costas gallegas para entregar un gran alijo. Una recogida de droga cerca de la costa, la posterior descarga de la misma en un punto concreto y el varamiento de las embarcaciones en otro es la estrategia de manual de los narcotraficantes. Y eso es lo que se hizo en aquel momento. Las autoridades vinculan directamente aquel hallazgo con el del narcosubmarino, por motivos obvios. De hecho, Vigilancia Aduanera mantuvo un operativo especial desde aquel momento. No fue suficiente, pues los semisumergibles están fabricados precisamente para no ser detectados, y cumplen perfectamente con esa función.

Para este martes está previsto el inicio de las maniobras de reflote, que comenzarán con un movimiento del fondo marino para desencallar el aparato antes de su remolcado a puerto, que se prevé a lo largo del día.