Del prototipo de la ría de Vigo a los LPV

Los narcotraficantes gallegos han conseguido articular un sistema casi infalible para colocar grandes alijos en Europa ► En 2006 fue hallado un artefacto elaborado en España que no funcionaba; los de 2023 cruzan el océano sin problema

 El primer narcosubmarino hallado en rías gallegas no lograba navegar. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El primer narcosubmarino hallado en rías gallegas no lograba navegar. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

En el año 2006, las autoridades daban con un submarino en aguas de la ría de Vigo. Con graves defectos en su fabricación, no lograba navegar, por lo que sus tripulantes decidieron abandonarlo a su suerte. Había sido ensamblado en Galicia con planos adquiridos a presuntos especialistas de Colombia y su fabricación fue un auténtico fiasco.

En los años siguientes, las tres grandes organizaciones gallegas tomaron conciencia de que los Low Profile Vessel (LPV, por sus siglas en inglés) eran la solución para mantener su negocio clandestino lejos de los ojos de las autoridades en España. Lanchas de perfil bajo con apariencia de submarinos pero que navegan en superficie, entre dos aguas, de forma indetectable.

El radar le confunde con un animal marino o incluso con un ave, y a vista de pájaro, en altamar, es prácticamente invisible. Desde 2007, que se sepa, esas redes gallegas con gran poder económico y presencia en Sudamérica apuestan por estos aparatos, que, además, son perfectos para conectar con las famosas planeadoras. Su pequeño tamaño y escaso calado hace que el trasvase de los fardos sea sencillo y rápido y que pueda hacerse casi en cualquier punto.

Valorados en más de un millón de euros, acaban hundidos ante costas gallegas. Una pérdida razonable, pues el alijo que entregan aporta cien veces más al sindicato del crimen. El escenario de 2023, además, no ayuda a las autoridades, al contrario: escasos medios hacen frente a narcos que disponen de dinero, personal y gran experiencia en el negocio.

Con planos enviados desde Colombia

En 2006, una intrépida organización gallega sin mucha experiencia adquirió planos para la fabricación de un narcosubmarino con el que pretendían introducir cocaína en Galicia. El batiscafo, que tenía capacidad para sumergirse, no aguantó ni las primeras pruebas de flotación, zozobrando en plena ría de Vigo, al poco de su botadura. Aquel aparato sigue a día de hoy en las instalaciones de los astilleros Rodman de Moaña como recuerdo del prototipo que no tuvo éxito. La Audiencia Provincial de Pontevedra juzgó y condenó a los responsables de aquel intento que quedará para la historia como el primer hallazgo de esas características en Europa.

De Macapá hasta la ría de Aldán

El primer Low Profile Vessel (LPV, por sus siglas en inglés) incautado en Europa fue el hallado en 2019 en la ría de Aldán. Se trataba de un aparato de similares características al hallado ayer en Vilaxoán, incluso más grande, y en el que además se pudo intervenir el alijo, unas tres toneladas, y detener a sus tres tripulantes. Era un artilugio moderno y preparado para navegar entre dos aguas, sin capacidad para sumergirse, pero prácticamente indetectable. El aparato fue ensamblado en la zona de Macapá, no lejos de la desembodura del río Amazonas, y desde allí efectuó la singladura hasta su hundimiento frente a la playa de O Foxo.