El narcosubmarino de Vilaxoán mide 23 metros y puede almacenar seis toneladas de cocaína

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad analizan las características de la mayor embarcación semisumergible jamás intervenida en altamar a nivel internacional, superando a las incautadas en Sudamérica ► La investigación sobre la entrada del alijo sigue su curso centrada en las tres grandes organizaciones gallegas capaces de gestionar esta clase de viajes ► Policía y Guardia Civil analizarán el interior del buque

 El narcosubmarino, instantes después de ser trasladado al puerto de Xufre. J. L. OUBIÑA
photo_camera El narcosubmarino, instantes después de ser trasladado al puerto de Xufre. J. L. OUBIÑA

23 metros de eslora de punta a punta convierten al Poseidón en el mayor narcosubmarino jamás incautado a este lado del Atlántico y, según los datos que manejan los grandes expertos en la materia, en el más grande que se ha intervenido a nivel internacional. Solo los hallazgos en plena selva colombiana, en los propios astilleros clandestinos, donde se han intervenido aparatos de entre 25 y 30 metros en fase de construcción, superan en tamaño al semisumergible de Vilaxoán, lo que da una idea de la capacidad de carga de la embarcación: al menos seis toneladas de cocaína.

La jornada del martes fue relativamente tranquila si se compara con lo sucedido en noviembre de 2019 en la ría de Aldán. Las tareas de reflotamiento, primero, y de remolcado e izado, después, del LPV (Low Profile Vessel, embarcación de perfil bajo, por sus siglas en inglés) que entregó el alijo tras cruzar el Océano Atlántico de Este a Oeste no fueron tan delicadas como entonces. La situación marítima mejoró e incluso lució el sol por muchos momentos en el corazón de la ría de Arousa, donde el mismo remolcador que en su día arrastró al narcosubmarino Che se ocupó de hacer lo propio con el Poseidón.

Al filo de las ocho de la mañana, cuando ya se sabía de forma fehaciente que el aparato no contenía droga -tal y como adelantó en primicia la edición digital de este periódico-, buzos especializados efectuaron movimientos de tierras en el fondo marino para permitir desencallar el semisumergible del lugar en el que se encontraba, a una milla náutica del puerto de Vilaxoán, en Vilagarcía de Arousa.

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Pese a la distancia, "las condiciones técnicas", según expuso el delegado del Gobierno, José Miñones, hicieron que la embarcación fuese trasladada al puerto de Xufre, en A Illa de Arousa. Allí se desplazaron los principales representantes del Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera, con el inspector jefe Emilio Rodríguez, el coronel Simón Venzal y el jefe regional de SVA, Jaime Gayá, como máximos exponentes. Junto a ellos, algunos de los antidroga con más experiencia en la materia de los tres cuerpos esperaron pacientemente la llegada del narcosubmarino, que fue izado con la grúa de la que dispone la instalación portuaria hasta que fue posado en tierra firme sobre unos tabiques de madera para mantenerlo equilibrado.

El porte del batiscafo sorprendió a los presentes. A simple vista se apreciaba la calidad de sus componentes: la estructura exterior, fabricada en varias capas de fibra de vidrio en tonos grises para su ocultamiento en altamar, y la tornillería empleada en la zona de la hélice y el timón, con un engranaje perfecto, indican bien a las claras la procedencia del aparato, que se fabrica en serie en los citados astilleros clandestinos colombianos para su envío a distintos lugares del mundo.

En cuanto al interior, poco se pudo saber el martes, pues la Guardia Civil procedió a achicar agua durante varias horas sin conseguir retirar la suficiente como para realizar una inspección en condiciones. Aparentemente, se trata de una embarcación con características técnicas muy similares a las del narcosubmarino de Aldán, con motorización diésel y una autonomía que le permite cruzar el Atlántico y mantenerse durante días a la espera de la llegada de las narcolanchas.

Las primeras evidencias que se pudieron recoger fueron cajas de medicamentos contra el mareo y víveres, elementos desechados por los delincuentes una vez que hicieron la entrega de la cocaína y se subieron a las lanchas del grupo gallego para hundir a Poseidón.