La Isla de Cortegada, el corazón verde de la Ría

Situado a orillas del río Ulla en frente a la parroquia de Carril, el islote conforma el mayor bosque de laurel de Europa
Vista de la isla de Cortegada. ADP
photo_camera Vista de la isla de Cortegada. ADP

En pleno corazón de la ría de Arousa se encuentra uno de los tesoros naturales de las Rías Baixas. La Isla de Cortegada, el archipiélago más pequeño de los que conforman el Parque Nacional das Illas Atlánticas, está situado frente a la desembocadura del Río Ulla, junto al puerto de Carril, perteneciente a Vilagarcía de Arousa. Se trata de una gran masa de vegetación que surge poderosa a unos escasos metros de tierra firme conformando el mayor bosque de laurel de Europa con una superficie de 190 hectáreas divididas entre las 43,5 ha terrestres y las 147,5 ha marinas. El hecho de pertenecer al Parque Nacional das Illas Atlánticas le confiere una capacidad máxima de visitantes diarios con el fin de conservar en el mejor estado posible uno de los principales valores paisajísticos e históricos de la comarca. 

El acceso al islote se puede realizar de varias maneras. La más común es en barca o kayak, servicios que se pueden contratar desde el mismo puerto en un recorrido de apenas 200 metros durante el que se navega entre las zonas de cultivo de la almeja, símbolo de la parroquia, y desde el que se puede disfrutar de las excelentes vistas costeras. La otra forma de atravesar los viveros es a pie por el Camiño do Carro, siempre y cuando la marea esté baja. Se recomienda hacerlo con un guía por dos motivos: uno, porque a la hora de regresar, la marea habrá subido. Y la otra, para no entorpecer el trabajo de los y las mariscadoras que faenan en los viveros.

Una vez en la isla, la mejor forma de conocerla es caminando por los senderos habilitados para el uso público y apreciar la flora y fauna de su entorno. Existen dos rutas señalizadas que se pueden unir formando un 8. La primera, un recorrido que rodea el perímetro de la isla y que parte desde la ermita de la Virgen de Los Milagros, continúa por la orilla del mar desde la que se pueden observar el resto de islotes que componen el archipiélago, pasando por el Bosque de Laurel y el Cruceiro de Punta Corveiro para acabar en el Poblado de los colonos.

La segunda opción parte desde el mismo punto que la primera hasta pasar Punta Fradiño y toparse con el inicio del Bosque de Laurel, coincidiendo con el punto más estrecho de la isla. Este paseo transcurre bajo la sombra de la densidad de las copas de los árboles amenizado con el sonido de la diversa fauna que habita la ínsula. Tras atravesar Cortegada por su zona media el camino conecta con el sendero que rodea el perímetro para alcanzar el inicio de la ruta, el poblado de los colonos. 

Otro de los placeres que ofrece este rincón es el de disfrutar de su playa, un arenal que recorre el kilómetro y medio de la isla y que se divide en pequeñas calas (Balouredo, Sartaxes, Muelle-Aldea y Batel) que permiten disfrutar de la naturaleza alejada del ruido de la urbe.

Si prefieres optar por la opción marítima, puedes recorrer el contorno de Cortegada tanto en barco como en kayak y acercarte a las otras formaciones que conforman el archipiélago, Malveiras y Briñas. Eso sí, no podrás poner un pie sobre su arena, ya que está prohibido el acceso a cualquiera de los islotes que conforman los dos conjuntos.

En definitiva, la Isla de Cortegada ofrece un sinfín de oportunidades para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro, un oasis de paz y tranquilidad a escasos metros del murmullo de la urbe.