Los días en los que el oleaje y el viento se unen en una serie de danzas impetuosas, el mar adquiere un carácter más violento. El agua, al llegar a los arenales, trabaja robando la arena de la zona, creando estos grandes escalones, los cuales serán un obstáculo para algunos y, para otros, un atractivo más turístico donde sentarse más cerca de la orilla y disfrutar de una manera original de la playa más conocida de Sanxenxo.
Cuando el oleaje, el viento sumado al temporal que azota las costas gallegas estos días, crean una serie de condicionantes meteorológicos que, combinados, construyen esta llamativa situación en las playas y arenales de la comarca do Salnés. Las playas se corresponden con depósitos de arena modelados por las corrientes de deriva, las mareas y el oleaje.
En las playas tendidas, es frecuente la formación de bajos arenosos o cordones litorales por la acumulación de grandes volúmenes de arena procedente de la erosión en otras zonas de la línea de costa y de los aportes de materiales fluviales.
