El sector turístico de las Rías Baixas prevé un verano con cifras prepandemia

El mayor temor es que unas condiciones meteorológicas adversas provoquen cancelaciones en las reservas hoteleras
Las Rías Baixas siguen siendo un reclamo turístico a nivel nacional e internacional. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Las Rías Baixas siguen siendo un reclamo turístico a nivel nacional e internacional. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Llega el verano de la nueva normalidad y la industria turística ve por fin el final del túnel por el que transitó durante dos años. Las Rías Baixas, destino de moda antes de la pandemia, recuperará las cifras que tenía en esas épocas de bonanza. Algo muy necesario para paliar una larga travesía por el desierto. Todos los pronósticos son optimistas  y están avalados por las reservas. Luego, las ganas de vacacionar de los ciudadanos de todo el planeta también son una realidad. Si el tiempo lo permite y no surgen nuevos obstáculos en este mundo cada vez más inestable, muchos negocios de la provincia pueden hacer su agosto.

Sanxenxo es la joya de la corona del sector turístico de las Rías Baixas y de Galicia, por tanto, una importante referencia a la hora de conocer lo que nos puede deparar el período estival que acaba de comenzar hace unos días. El Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS) está realizando un estudio sobre los datos de ocupación de junio y todavía no analizó en profundidad las previsiones para los dos meses fuertes del verano, aunque por las conversaciones que vienen manteniendo sus asociados se estima que rondará el 75-80 por ciento en julio y alcanzará el 90% en agosto. Unos pronósticos condicionados a que la lluvia ofrezca una tregua al territorio gallego.

Según Alfonso Martínez, presidente del CETS, "desgraciadamente el tiempo influye mucho. Lo pudimos ver el pasado fin de semana con bastantes anulaciones de última hora. Salvo en agosto, las políticas de cancelación permiten hacerlo dos días antes. Y los clientes son muy sinceros y te dicen que ese es el motivo. La gente quiere una garantía si va a gastar su dinero en ocio".

Alfonso Martínez, presidente del CETS
"La gente quiere una garantía si va a gastar su dinero en ocio"

Las cifras de mayo vienen a certificar una vuelta a la normalidad en el sector turístico. A pesar de esas cancelaciones a la que hacía referencia Alfonso Martínez, los datos son buenos, incluso superiores al mismo mes de pasados años. Subió el turismo extranjero, principalmente por los portugueses que regresan a Sanxenxo tras el obligado parón de los dos últimos ejercicios. Precisamente el fin de semana anterior, el idioma del país vecino sonaba en equilibrio de fuerzas con el español por las calles de la villa turística. No obstante, la inmensa mayoría de visitantes que llegan a Sanxenxo son nacionales, liderando esta estadística los de la mitad norte de de la península ibérica (madrileños, castellano-leoneses, asturianos y cántabros).

Las reservas para el verano están marchando a buen ritmo. Se hacen con mucha antelación, a diferencia de 2020 y 2021 que por causa de las restricciones, que además cambiaban cada pocos días según iba evolucionando la crisis sanitaria, se llevaban a cabo a última hora.

El temor a los precios y los efectos de la inflación queda descartado por las fuentes del CETS. "Aunque hay gente que ni siquiera los tocó, los precios subieron algo, pero no en la medida que aumentaron en otros lados como Madrid. Allí el incremento fue grande. Nosotros ni tan siquiera lo hicimos en proporción a la subida de los costes".

Viviendas de uso turístico

Una de las viviendas de uso turístico en Sanxenxo. GONZALO GARCÍA
Una de las viviendas de uso turístico en Sanxenxo. GONZALO GARCÍA

En los últimos años creció en gran medida la opción de las viviendas turísticas. Muchos visitantes se decantan por esta forma de alojamiento para sentirse más cómodos que en un hotel. Sanxenxo cuenta con la mayor oferta de Galicia, un total de 2.208 viviendas de uso turístico registradas a día de hoy (30 de junio). Y con un nivel de ocupación para el verano que promete superar incluso a los números registrados en el 2019. De ahí que el optimismo entre los profesionales del sector sea elevado. A falta de que las cifras aumenten a medida que transcurre la época estival, ahora mismo las reservas para agosto alcanzan el 80%, mientras que en julio se llega al 73% en la segunda quincena y al 65% en la primera.

Dulcinea Aguín, presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (AVITURGA), comenta que "si la evolución va como hasta ahora, con toda prudencia, va a ser muy buena temporada. Creo que mejor que el último año prepandemia". Parte de este incremento vendrá de los visitantes extranjeros, según Aguín. "Se está recuperando el turismo internacional. Este año ya tuvimos mexicanos, finlandeses, franceses o portugueses. Estos últimos son clientes que venían años atrás. En general son europeos y también hay mucho americano".

Dulcinea Aguín, presidenta de AVITURGA
"Se está recuperando el turismo internacional"

Una de las diferencias en relación a anteriores ejercicios es que se anticiparon mucho las reservas. Desde primeros de año se vinieron produciendo en gran cantidad. Y todavía falta esa gente que lo hace a última hora. Además, a diferencia de los hoteles y hospedajes, no son tan habituales las cancelaciones por cuestiones meteorológicas. Si hace mal tiempo se puede hacer una vida similar a la de tu casa y en un espacio mayor del que ofrece una habitación. Las estancias son más largas y las opciones de disfrutar del buen clima aumentan.

Los precios de las viviendas de uso turístico reflejarán las subidas provocadas por la situación económica general. Las estimaciones son de entre un 5 y un 10 por ciento de aumento. Nada prohibitivo. Simplemente cada persona o grupo debe adaptarse a sus posibilidades presupuestarias. Desde 400-500 euros por semana se puede disfrutar de una vivienda turística. Y el número de inquilinos puede ser grande, por lo que el montante por persona se reduce bastante.

Un negocio que recupera su buena marcha y con futuro. La presidenta de AVITURGA  tiene claro el secreto del éxito. "Galicia es un destino bueno para las vacaciones. La gente que viene por primera vez repite. Te permite hacer muchísimas cosas y además en esta ocasión coincide con el Año Santo".

Hostelería

Unos turistas en una terraza de Silgar. BEATRIZ CÍSCAR
Una de las terrazas que ofrece el paseo de Silgar. BEATRIZ CÍSCAR

César Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hostelería de Pontevedra (FEPROHOS), se muestra moderadamente optimista respecto a la situación que puede vivir el sector durante el verano. Sin lugar a dudas, uno de los más castigados durante estos dos años de pandemia y que dejó en el camino a muchos negocios que no lograron superar los meses de cierre y restricciones. "Hay que ver de dónde venimos. No fue un momento dulce. Y además se sumó luego la guerra de Ucrania y la subida de los costes energéticos. Aún así somos positivos y confiamos en que la temporada estival sea parecida a 2019 o incluso mejor. Posiblemente, no en los márgenes porque van a estar muy ajustados".

Ballesteros tampoco quiere olvidarse de la presente situación sanitaria. "Vamos a ser prudentes y no caer en triunfalismos porque se puede estropear. No olvidemos que están subiendo los contagios y todo puede cambiar en cualquier momento. Aún así, creemos que será un buen verano para el sector". Claro que la "meteorología es otro factor del que somos muy dependientes en Galicia. Ya pasó el anterior fin de semana que hubo algunas cancelaciones por el tiempo. Tiene un peso importante y de gran influencia en la llegada o no de visitantes".

Durante el período de mayor intensidad de la pandemia, se calcula que entre un 25% y un 30% de los negocios bajaron la persiana de forma definitiva, aunque César Ballesteros señala que "no es del todo real. Cierra la empresa porque no puede aguantar la situación, pero el local queda a disposición del propietario perfectamente montado, en ocasiones como pago de alguna deuda pendiente. Esto permite que lleguen nuevos emprendedores y lo pongan a funcionar otra vez. El cliente apenas se percata de estos cambios porque el bar de la esquina sigue ahí. Solo ven personal nuevo".

César Ballesteros, presidente de FEPROHOS
"Confiamos en que la temporada estival sea parecida a 2019 o incluso mejor"

También se han visto modificadas algunas rutinas de los clientes. Con el teletrabajo, la reducción de la jornada laboral y la instalación de máquinas de café en muchas empresas se acude menos a la hostelería y la facturación resulta afectada.

Sin embargo, la subida de precios no será relevante. A diferencia de los establecimientos de pernoctación que pueden ir variando según la demanda, en la hostelería los movimientos tienen que ser pequeños porque el cliente no recibe bien los cambios en los productos que consume de forma habitual. Un problema que provocará reducir el margen de ganancias y que complicará la situación del sector. "Se va a facturar, pero los beneficios serán más pequeños", apunta el presidente de FEPROHOS. "Los que mueven grandes rotaciones, con productos de precio bajo, como un menú del día, van a tener serias dificultades. Ese público llenaba porque la relación calidad-precio era buena. Si le subes a 17 euros, por poner un ejemplo, venderá menos. Sin embargo, los productos más caros tienen mayor margen para jugar. Su clientela igual acepta de mejor manera que le subas algo de 35 a 45 euros porque ya estaban pagando un precio importante", añade Ballesteros.

El dirigente provincial de los hosteleros avisa sobre el futuro a corto plazo. "El turismo puede paliar la situación durante estos meses de verano, pero después algunos negocios lo pueden pagar. El sector va a seguir pasando por dificultades".