El retorno de un clásico

Varadero rejuvenece ▶ Con su mayoría de edad, Varadero, uno de los bares más queridos del centro de Sanxenxo vuelve a abrir sus puertas ocho meses después del único cierre desde su inauguración en 2005, con un aspecto completamente diferente, que combina "el día y la noche"
A la derecha, Diego Otero junto a su hermano durante la fiesta de inauguración. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera A la derecha, Diego Otero junto a su hermano durante la fiesta de inauguración. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Hablar de Varadero es hacerlo de Diego Otero. Cuando con 23 años abrió por primera vez las puertas de ese sueño que se llamaba Varadero, en el año 2005, nunca imaginó lo que podría llegar a significar para el vecindario, ni el hueco que, con el tiempo, llenaría en la hostelería local.

"Desde que abrí a los 23 nunca cerré, ni nunca esperé tampoco tener tanto público como tengo ahora, tanto de día como de noche. Creo que, precisamente, fue al cerrar cuando me di cuenta de lo que se echa de menos el bar", explica. Tanto es así, que incluso "el resto de compañeros de la hostelería me decían que era importante que abriera, porque es un sitio importante para el pueblo. Incluso en Semana Santa, yo mismo como cliente, me di cuenta de que había un vacío a primera hora", cuenta. Pero echar el cierre no fue tan difícil como volver a abrir. Con 18 años de actividad a sus espaldas, fue el pasado mes de octubre cuando Diego Otero decidió bajar la verja por primera vez, pero con el objetivo de cumplir una meta con la que llevaba soñando mucho tiempo.

Familia, amigos y clientela participaron en la reapertura. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Familia, amigos y clientela participaron en la reapertura. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

"Cuando abrimos en 2005, el local se nos hacía grande, yo era un chavalín, y lo dividimos en dos para montar Varadero en uno de ellos. Luego resultó que se nos quedó pequeño. Tenía dos locales y siempre tuve la idea de unirlos, y cuando pude hacerlo, ya no pude mantener la antigua licencia", explica Otero.

A pesar de ello, se lanzó a la piscina, en un mar de burocracia, papeleo y obras. "La normativa acústica es mucho más restrictiva que hace 18 años. Tuvimos que insonorizar la fachada y el suelo. Hoy en día hay discotecas que ni siquiera tienen este tipo de insonorización. Esto implicó una obra enorme. Tuve que tirar todo", cuenta. Pero la obra no fue lo peor. "Parte de los meses que permanecimos cerrados fue por permisos de Costas. Iban a llegar pronto y llegaron en marzo. Hasta entonces no pudimos empezar la obra. Pero logramos empezarla y la acabamos en tiempo récord. Trabajando todos los días, una cosa tras otra", recuerda.

Así fue como, ocho meses después, el emblemático local del número 16 de la Rúa Madrid volvió a la vida, y de qué forma. "Ahora mismo es un bar nuevo, no tiene nada que ver con el que era antes. Tiene que combinar día con noche, no es un bar ni un pub. Es un lugar donde la gente se tiene que encontrar cómoda, que puede valer para ver un partido, para ir a tomar algo al subir de la playa, o para tomar una copa en bañador y chanclas hasta la una de la mañana porque no te dio tiempo a cambiarte. Como dice un amigo mío, es un ‘bar total’", explica su responsable.

Familia, amigos y clientela participaron en la reapertura. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Familia, amigos y clientela participaron en la reapertura. JOSÉ LUIZ OUBIÑA


Y, a pesar de que pasaron ocho meses sin Varadero, su clientela respondió. La imagen más entrañable la dejó la fiesta de inauguración, el pasado viernes, en la que decenas de clientes se concentraron en el establecimiento para conocer las rejuvenecidas y modernas instalaciones y arropar al propietario y su familia en un momento más que emocionante. Así, Sanxenxo ha recuperado uno de sus bares de cabecera, que sigue acogiendo a la clientela con la misma filosofía de siempre, pero con una cara nueva. "Desde la covid, muchos establecimientos tienen las mesas para comidas. Varadero no tiene este servicio, es un local muy grande y permitimos que la gente ocupe las mesas sin límite de tiempo", asegura Otero, que, en los próximos tiempos, apuesta por llevar a cabo algún que otro evento, también con la intención de contribuir a la desestacionalización de la vida en el municipio. "La idea es hacer algo en invierno, dependiendo del permiso de las ordenanzas, y en el futuro nos gustaría organizar también algún concierto acústico", asegura.