La nueva localización provisional de la Plaza de Abastos de Sanxenxo (Progreso, 28) salió airosa del que fue su primer verano, llegando incluso a aumentar las ventas con respecto a la temporada estival anterior, cuando todavía estaba situada en la Rúa de Madrid. El cómputo global de esta mejora, tal y como estimó el presidente de los placeros, Egidio Barral, alcanzó un 15% más que en la misma época del año pasado, con el mes de agosto a la cabeza, si bien julio también sobresalió. "O verán non tivo nada que envexarlle aos anteriores na outra praza, e hai que ter en conta que o pasado verán tamén foi moi bo, aínda que máis curto", valoró.
En este sentido, el buen tiempo y el récord de afluencia turística fueron los ingredientes necesarios para saldar una temporada en la que, entre los visitantes, destacó la venta de marisco, con la almeja y los mejillones en los primeros puestos, y cuyos precios se mantuvieron, en primer lugar, entre los 18 y los 25 euros/kilo durante la temporada y, en segundo lugar, entre los 2,50 y los 2,75 euros/kilo.
Entre el pescado, en la Plaza de Abastos de Sanxenxo destacó el rodaballo y el pescado de la ría y, de la carne, la ternera gallega fue el producto más demandado por excelencia, entre una clientela que buscó "calidade e proximidade". Además, las hortalizas frescas de cultivo propio se colocaron también a la cabeza de las ventas, destacando la lechuga y los tomates del huerto.
ALARGAR LA TEMPORADA. Para el presidente de los placeros, las ventas en el Mercado de Abastos "dependen totalmente do tempo". En este sentido, a pesar de la "mala entrada no mes de setembro, con choivas", asegura, "estas fins de semana de calor están sendo moi boas", a pesar de que "notouse a falta da concentración moteira". Aún así, destaca, "setembro sempre foi un mes bo, e outubro vaise manter porque en Sanxenxo segue habendo ambiente. De feito, moita da clientela da hostelería que antes pechaba en decembro non o fará, porque o ano pasado os bares traballaron de marabilla xa que o tempo acompañou", explica.
Hostelería sí, pero sin olvidar al cliente de calle