La Nao Victoria está causando este sábado una gran expectación entre los vecinos y vecinas y visitantes que no dudan en acercarse al puerto sanxenxino desde primera hora de la mañana para visitar la única réplica del barco original que logró completar la vuelta al mundo.
Seis años después de que recalara por primera vez en Sanxenxo, la réplica del navío que hace cinco siglos fue capitaneado por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián de Elcano en la mayor aventura marítima de todos los tiempos, la primera cincunnavegación del planeta (1519-1522), volvió a ser el foco de atención del puerto deportivo Juan Carlos I, al que arribó el pasado jueves, un día antes de lo previsto debido a los fuertes vientos.
La Fundación Nao Victoria es la encargada de dar a conocer los detalles de esta aventura, que fue iniciada por cinco naves y que fue completada solo por esta última. De los 245 hombres que zarparon de tierras nacionales, solo pudieron completar la hazaña 18 de ellos.
Según explicó Brenda Parra, miembro de la fundación, en esta ocasión no se ofrecen visitas guiadas, pero cualquier duda que surja puede consultarse en los paneles informativos instalados en el navío o preguntando directamente al personal a bordo de la Nao Victoria.
Así, las decenas de personas que recorrieron ayer este histórico navío pudieron conocer las entrañas del que fue el primer barco en completar la vuelta al mundo y hacerse fotografías para inmortalizar este momento.
Hoy los amantes del mundo marítimo y de la historia tendrán una nueva oportunidad visitar el barco, que volverá a abrir sus puertas en horario de 10.00 a 19.00 horas.
La Nao Victoria comenzó a construirse en 1991 en Isla Cristina (Huelva), a cargo de Ignacio Fernández Vial, después de que un exhaustivo estudio histórico trazara fielmente sus formas y detalles. Los trabajos duraron ocho meses, en los que carpinteros de ribera e ingenieros desplegaron todos los medios posibles para obtener una réplica exacta, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla (1992), donde permaneció expuesta junto con las réplicas de la Nao Santa María y las carabelas Pinta y Niña, de Cristóbal Colón.
Más de tres millones de personas pudieron visitar las embarcaciones en aquella ocasión.
Tras la Exposición Universal fue expuesta al público en dique seco, cerca del Pabellón de la Navegación. En 2003 se acometieron adaptaciones y en 2004 se reprodujo la gesta de la primera vuelta al mundo, pasando a estar gestionada, desde el año 2006 por la Fundación Nao Victoria.
