"Este ambiente de calma y bienestar es favorable para el desarrollo físico y emocional de los niños". El monitor de asthanga yoga, Jacobo Traviel, deja pocas duda con respecto de si los niños deberían instruirse en la práctica del yoga, una disciplina que esta semana ha llegado hasta los más pequeños de la casa en las instalaciones del Real Club Náutico de Sanxenxo, y con la que muchos de ellos han pasado una jornada de relajación y, a la vez, de diversión.
Según el monitor, practicar yoga es una forma divertida de desarrollar importantes habilidades en un entorno amable y tranquilo, y los niños, además, cuentan con una flexibilidad y equilibro que muchos de los que practica yoga a diario envidiarían, por lo que les supone mucho menos esfuerzo adoptar distintas posturas. Quizás uno de los inconvenientes que más saltan a la vista es que el yoga exige, en gran medida, un alto nivel de concentración y relajación, dos características con las que los más pequeños de la casa no nacen, pero precisamente por esto último los ejercicios de respiración y meditación ayudan a calmar a los más inquietos de la sesión.
Las posturas de yoga, inspiradas en elementos de la naturaleza como animales o plantas, recuerda Taviel, ayudan a los niños a tener un apoyo visual en el proceso de aprendizaje, que de esta forma se les hace mucho más entretenido y didáctico. Son muchos los beneficios que tiene el yoga entre los más pequeños, desde lo más evidentes que conlleven realizar cualquier actividad física como es mejorar la flexibilidad, fortalecer los músculos o ayudar a mejorar la coordinación, hasta los más desconocidos, como por ejemplo mejorar la concentración o desarrollar una relación más íntima con uno mismo y mejorar la autoconfianza.
