Más allá del hospital

FOTOGRAFÍA SOLIDARIA ▶ Berto Medrano tuvo que aprender a caminar después de dos accidentes de tráfico laborales que acabaron jubilándole. Ahora, enseña fotografía en las áreas de oncología infantil de Vigo y de Santiago a través de un proyecto solidario, con el que lleva su pasión hasta los más pequeños

Unha instantánea no hospital. BERTO MEDRANO
photo_camera Una instantánea en el hospital. BERTO MEDRANO

Después de sufrir dos accidentes de tráfico laborales en 2009 y 2012, el sanxenxino Alberto Rodríguez Medrano tuvo que aprender dos cosas: a andar de nuevo y a sacar fotos. La primera por fuerza mayor, y la segunda también. Y es que, ante la imposibilidad de poder moverse con normalidad, y entre dolores, médicos y rehabilitación, decidió buscar una salida. Compró su primera cámara réflex con dos objetivos básicos en 2009 y, con el segundo golpe y la llegada de una jubilación demasiado temprana, se volcó de lleno en el que ya se había convertido más que en un modo de vida, sino de supervivencia.

El fotógrafo sanxenxino Berto Medrano. BM
El fotógrafo sanxenxino Berto Medrano. BM

"A medida que las lesiones se iban estabilizando, comencé a aprender fotografía de una forma casi obsesiva. Me formé a través de clases, workshops en diferentes partes de España y cursos profesionales", cuenta. Hasta que encontró su verdadera y eterna obsesión: la luz. "Sin darme cuenta me fui centrando en la fotografía de personas y de productos", dice. Hasta que llegó la hora de salir al mundo.

Fotografía en el hospital hecha por el alumnado de Berto Medrano
Fotografía en el hospital hecha por el
alumnado de Berto Medrano

Transformado ya en el fotógrafo Berto Medrano, y con todo el conocimiento adquirido, comenzó a ponerse al servicio de asociaciones y causas solidarias y ya no paró. "Me apunto a todo. Hago colaboraciones con artistas, asociaciones sin ánimo de lucro, agrupaciones o colectivos que luchan por causas concretas o cualquier proyecto significativo que me ayude a crecer como persona", asegura. Precisamente, una de ellas es la asociación Ollares de Portonovo, con la que participa en cualquier iniciativa que se le presente.

Y llegaron las exposiciones y los proyectos. Uno de ellos fue Tan iguales/tan diferentes, en el que, bajo los retratos de personas "que aparentemente se veían bien", se escondían cardiopatías, depresiones y otros problemas de salud. "Todo el mundo le hace fotos a cosas bonitas, pero yo quise captar el alma", asegura. Y, pensando en las personas, cuenta, "un día escuché 'muere la víctima 955' de violencia de género. Y me di cuenta de que no son números". Así surgió un proyecto "en el que cuento sus historias. A las mujeres que sufrieron violencia de género y que lo pueden contar les sirve de terapia", explica.

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Fotografía en el hospital hecha por el alumnado de Berto Medrano

Fue a raíz de este último proyecto como Berto llegó al que hoy ocupa gran parte de su tiempo. "Di con la asociación Asanog que ayuda a niños oncológicos de Galicia y a sus familias y les hice una propuesta", explica. Sin pensarlo dos veces, a través de Ollares de Portonovo, Berto lanzó un llamamiento para recoger cámaras de fotos viejas, que "llegaron de todas partes" y las arregló. Así, cada mes acude varias horas a las áreas de oncología infantil de Santiago y Vigo para impartir talleres fotográficos a los niños y niñas "que pasan allí mucho tiempo. Para que aprendan a sacar fotos y se olviden durante un tiempo de donde están. A veces están decaídos, pero les pongo la cámara en la mano y pasan un buen rato", cuenta. De hecho, la actividad no tiene fronteras de edad. A los niños y niñas más mayores, Berto les enseña técnicas de fotografía, a controlar la luz y el enfoque, pero en sus clases también hay cabida para los más pequeños. "Tengo a un niño de dos años que llevaba allí dos meses y todavía le quedaba. Al ser tan pequeño vino al aula a pintar, pero también sacó sus fotos gracias a las cámaras viejas que recogimos. Cuando vienen los pequeños les doy una de estas y se entretienen allí una hora", asegura.

Intantánea durante una clase de fotografía en el hospital. BERTO MEDRANO
Intantánea durante una clase de fotografía en el hospital. BERTO MEDRANO

SIN SALIR DEL HOSPITAL. Aunque pueda parecer complicado practicar fotografía sin salir del hospital, no lo es para los más pequeños. Profundidad de campo, retratos de muñecos de plastilina, playmóbiles o fotografiar colores son algunas de las áreas que ya dominan. 

Ahora, desde su casa en Raxó, Berto reúne las obras de arte de los más pequeños para que puedan volar más allá del hospital a través de la retina del público, en una muestra prevista para el próximo 15 de febrero en Vigo y Santiago por el Día Internacional del Cáncer Infantil.