La obra generó una gran polémica en su momento, hasta el punto de que, a principios de 2018, en Sanxenxo casi no se hablaba de otra cosa: el muro de Silgar se iba a pintar con los colores del arco iris. Amado y rechazado a partes iguales, lo cierto es que el proyecto se inauguró en el mes de mayo de la mano de la artista local Belén Daporta, que en aquel momento era estudiante, y que implicó en el proceso de pintado a los alumnos del Centro de Arte, consiguiendo crear en el conocido paseo sanxenxino toda una celebración del color y del optimismo, que más tarde disfrutarían cientos de personas.
Pero, aparte de ser un proyecto con el que la artista pensaba complementar su formación académica, lo cierto es que también cuenta con un profundo significado. Tal y como Daporta explicaría en su momento, el conocido como arco iris es, en realidad, un homenaje a las Convivencias Artísticas celebradas en Sanxenxo hacía entonces más de una década.
