Un Belén con casi 300 muñecas recrea la vida en Sanxenxo

La vecina del municipio Paqui Castro lleva nueve años confeccionando esta particular creación, que representa a colectivos, personas y establecimientos de Sanxenxo, abierta los 365 días del año en su vivienda de la calle Carlos Casas
Detalle del Belén, que ocupa una habitación entera y parte de otra. DS
photo_camera Detalle del Belén, que ocupa una habitación entera y parte de otra. DS

El de la vecina de Sanxenxo Paqui Castro no es un Belén cualquiera. Hace nueve años compró una muñeca en un Todo a Cien, y junto con otras que le cedió su hija comenzó a montar su particular Nacimiento, que permanece abierto al público todo el año en su vivienda ubicada en el número 16 de la calle Carlos Casas, donde ya ha recibido la visita de cientos de vecinos y visitantes de todo el Estado, incluído el alcalde, Telmo Martín, que fue invitado hace unos días.

Paqui Castro durante la visita del alcalde, Telmo Martín. DS
Paqui Castro durante la visita del alcalde, Telmo Martín. DS

Y es que, más que la tradicional estampa de un Belén al uso, la singular composición de esta vecina centra la atención en la vida y en las actividades del municipio, representando a colectivos y personas de la villa como la Asociación Cultural Abiñadoira, Os Gatiños de Portonovo, el conocido marinero Antonio Martínez ‘Parapeta’, el mercadillo de Baltar, veraneantes en la playa de Silgar o las Mulleres Rurais de Sanxenxo. Actualmente, el Belén ya ocupa una habitación entera y parte de otra. "Son muchas horas de trabajo, pero me hace mucha ilusión. Tengo 80 años, pero una gran vitalidad y casi todos los días del año trabajo en él. A las muñecas no les falta detalle, hasta tienen ropa interior", asegura su creadora.

La mercería de Loli, una sala de vacunación contra la Covid, enfermeros, una escuela, bolilleras o las rederas de Portonovo son algunas de las figuras y situaciones homenajeadas por Paqui que, además de haber criado a cinco hijos, trabajó como ayudante de una modista en Vigo, su ciudad natal, donde desarrolló su gusto por el bordado y el ganchillo, que ahora une con su ilusión navideña.