Adiós a un histórico de Progreso

Cierra Ferretería Conde ▶ Con más de 40 años abierta al público, tras el fallecimiento del anterior propietario del local, la emblemática ferretería y su actual encargada se despiden este mes de una clientela "de toda a vida" y de un día a día que era "como estar na casa"
La actual encargada de la ferretería, María Teresa Cobas, ante el escaparate del establecimiento, que apura su liquidación por cierre. RAFA FARIÑA
photo_camera La actual encargada de la ferretería, María Teresa Cobas, ante el escaparate del establecimiento, que apura su liquidación por cierre. RAFA FARIÑA

Abrió sus puertas como ferretería propiamente dicha hace tanto tiempo que ni su actual encargada es capaz de determinar una cifra exacta que, asegura, ronda los 44 años. Ferretería Conde comenzó como un negocio modesto, en plena calle Progreso de Sanxenxo, una de las principales arterias del municipio, en una época en la que el comercio local era más familiar que nunca. Su antiguo dueño, Manuel García Conde, fue levantando el local a base de ingenio, originalidad y un trato tan cercano que, pasar por el negocio, era casi como estar en casa. Así lo recuerda María Teresa Cobas Rodiño, quien había sido empleada del establecimiento durante 13 años, y que pasó a gestionarlo los últimos ocho. Para ella, que ahora tiene que echar el cierre, solo hay recuerdos felices entre sus paredes. Y mil anécdotas que ya forman parte de su historia personal.

"Antes de ser ferretería xa foi outras cousas", asegura. Aunque el negocio siempre estuvo en manos de García Conde, y posteriormente solo la propiedad del local hasta su fallecimiento, hará dos años el próximo mes de enero, al principio podría decirse que fue "un bazar dos de antes. Aquí había de todo. O negocio sempre foi unha tenda, e foi ampliándose ata converterse na ferretería. Había incluso regalos para vodas. O mesmo mercabas unha tirita, coma un prato conmemorativo de 25 anos de casados", recuerda.

Al hacerse autónoma y asumir los mandos del local, bajo un régimen de alquiler primero con el antiguo propietario y posteriormente con sus herederos, María Teresa Cobas asumió, no solo el legado de un negocio con historia familiar detrás, sino a toda su clientela de toda la vida. Y eso, precisamente, fue lo que marcó la diferencia durante tantos años.

El interior del local, casi vacío. RAFA FARIÑA
El interior del local, casi vacío. RAFA FARIÑA

"Tamén fixen clientes novos, pero hainos que viñan aquí desde os 22 anos que levo eu, e de máis atrás. Rapaces que coñecín de pequenos e que agora teñen 20 anos. Sempre tiven unha clientela fixa", presume. Y es que, como la cercanía que ofrecía Ferretería Conde a sus habituales, en ningún otro lugar. "Aquí viñan, por exemplo a cambiar un portalámpadas e cambiábaselle, ou a que lle arranxaras calquera cousa. Ti agora vas a calquera outra tenda e esas cousas non chas fan. Iso vale moito", dice. Precisamente, ese trato cercano fue el que le hizo ganarse el cariño de todos sus clientes y clientas, que le dejan un recuerdo imborrable de tantos años de dedicación. "Levo un recordo moi bo da que foi unha clientela moi boa. O único que teño son boas palabras para esta ferretería. Como empregada, quedei encantada do trato que sempre recibín por parte da familia, e como dona levo unha boa experiencia", asegura, sin poder ocultar la pena por despedirse del local. "Á xente quédalle tamén moita pena. Moitos pregúntanme a onde vou ir, e incluso me ofreceron outros locais para trasladar a ferretería", asegura la encargada que, a pesar del cierre, en pocos meses regresará de nuevo al mercado laboral. "Para min este sempre foi un traballo bonito. Falar coa xente, que che conta as súas cousas. Era como estar na casa", asegura.

EL LOCAL SE VENDERÁ. El cierre del negocio está programado, precisamente, para el último día del año: el 31 de diciembre. En sus estanterías, apenas quedan productos. "Mellor comezar o ano con outro aire", asegura María Teresa Cobas. "Dame pena, son moitos anos. Teño agora 46 anos e levo aquí 22 deles. Toda a vida aquí", recuerda.

La próxima venta del local, tras su cierre, abrirá también todo un mundo de posibilidades, de las que su actual encargada es plenamente consciente. "Só teño palabras de agradecemento. A esta ferretería, á familia e á clientela que estivo con nós tantos anos", afirma.

En la calle Progreso conviven todavía varios negocios y comercios locales, entre una tienda de muebles, tiendas de moda, peluquería, alimentación, así como el Mercado provisional, que aglutina buena parte de ellas y que, sin duda, echarán de menos a su histórica vecina.