"AUNQUE yo soy la cara visible este esto es un proyecto de toda la familia", dice Alma Pérez. Esta influencer nació en O Grove, vive en Ribadumia y trabaja en una oficina en Pontevedra. Junto a su marido, Martín, sus hijas Carlota, Rocío y Carmen, y la ayuda de sus padres y su hermana, han creado @LaRomanaGalicia, una marca desde la que comenzó vendiendo coronas de flores en las redes sociales, que cuenta con un vídeo con más de siete millones de reproducciones, y en la que hoy muestra toda una forma de vida enmarcada en el interior de O Salnés abanderada por la vida en familia y la relación con la naturaleza.
Primero con @treshermanasyunamonovolumen empezó a proponer planes por las Rías Baixas en Instagram. Tras la pandemia ha dado un paso más y ha creado la marca @laRomanaGalicia. ¿Cómo empezó su aventura digital?
Mi aventura con las redes sociales empezó en el año 2010 con la baja de maternidad de mi tercera hija. Antes había disfrutado de la maternidad, pero con tres niñas en cuatro años me vi sobrepasada. En el poco tiempo libre que tenía buscando información por Internet alucinaba con los perfiles de madres que había en las redes y que eran todo felicidad, todo perfección. Yo me tenía que levantar a las ocho de la mañana para salir a la una de la tarde con las niñas vestidas y peinadas... Empecé publicando mis cosas y contando que yo no era capaz, que mi realidad no tenía nada que ver con lo que yo veía en otros perfiles de madres. Me mostraba como realmente me sentía, lo que me estaba sucediendo. Ahora la gente empieza mostrar otra realidad, pero en aquel momento lo que reflejaban las redes era una perfección con la que yo no me sentía identificada. La cuenta empezó a funcionar. Se trata de un público muy fiel con la que intento compartir cosas relacionadas con mi vida. Soy una madre que trabaja fuera de casa, que tiene tres niñas, que intenta aportar cosas que pueden servir a otras madres: desde una receta de cocina, al último producto para limpiar la vitrocerámica a los planes que hacemos.
Ahora la gente muestra otra realidad, antes las redes reflejaban una perfección con la que no me identificaba»
Y empezó a compartir con sus seguidores planes con niños especialmente por las Rías Baixas, ¿no?
Nos gusta mucho conocer lo que tenemos alrededor porque nos parece maravilloso. A partir de ahí se empezó a despertar interés. Y aunque hablamos de planes en familia, también cuento si un día voy a cenar con mi marido a un lugar que nos guste, un restaurante, un local, una ciudad... Si otro día nos vamos en familia a visitar un bosque o una cascada en A Estrada también... La cuenta dio un giro.
Hoy su cuenta de Instagram se ha convertido en un escaparate de las Rías Baixas.
Sí. En esta zona viven del turismo muchas familias. Galicia en general y la comarca de O Salnés, donde yo vivo, es un destino familiar de vacaciones estupendo. Tiene muchísima oferta, muchos planes que se pueden hacer, si vienes en otoño en primavera o invierno, también tienes opciones. No todo es la playa en verano. Y nosotros lo mostramos. De hecho, cada vez más gente me llama de negocios, comercios, hostelería para dar visibilidad a la oferta que tenemos en esta zona.
Su casa se encuentra en Ribadumia, rodeada de viñedos. No solo es el escenario de sus fotografías, se ha convertido en protagonista.
Mis suegros son bodegueros desde hace más de cuarenta años. Estoy encantada del paisaje que las Rías Baixas interior con rutas al lado de los ríos maravillosas. Me encanta vivir aquí, estamos a un tiro de piedra de ciudades como Pontevedra, Vilagarcía, Santiago o Vigo, donde encuentras lo que no tienes aquí. Somos unos privilegiados por vivir en este entorno.
Desde la pandemia, además, tienen su propia marca, La Romana Galicia, que empezó con la venta de coronas de flores y se ha convertido en un negocio familiar. ¿Cómo fue?
Fue de pura casualidad. A mí siempre me gustó recoger ramas, flores, hacer arreglos... Hice una corona y la colgué en Instagram. A la gente le gustó mucho y empezaron a hacerme encargos. Le regalé una corona a otra amiga que tiene una cuenta en Instagram y a los dos días me dijo «a la gente le encanta y te quieren hacer encargos». Fue una locura, vendimos 200 coronas de brezo en mes y medio por toda España. Cuando se terminó el brezo hicimos alguna de Navidad y fue brutal también. Al terminar, la amiga con la que empecé la aventura abandonó el proyecto. Lo convertimos en algo más familiar y a día de hoy enviamos coronas a toda España.
¿Y el salto a la moda? Siempre quiso dedicarse a este mundo?
La verdad es que no. El negocio fue creciendo a demanda de lo que la gente nos iba pidiendo. Nosotros hacemos todas las fotos en casa o en los alrededores y la gente te pregunta por el entorno, por la ropa que llevas... Yo siempre fui mucho de hacer ropa a medida de encontrar una tela que me gustaba y llevar a hacer la ropa de las niñas o las faldas largas, que me gustan mucho. Pensé que igual funcionaba ponerlas a la venta y así fue. Me fui a mis modistas de siempre, que son de O Salnés, y coincidió que en la primavera de 2021, sin bodas ni eventos a la vista por la pandemia, estaban prácticamente sin trabajo. Les pedí 20 faldas y tuve que pedirles otras 20 porque se vendieron enseguida. Las redes sociales son así, donde no te esperas que haya algo y lo haces con la intención más tonta del mundo funciona.
«Conozco la realidad del comercio local y siempre quise darle visibilidad»
¿Cómo viven las niñas y los abuelos formar parte de este proyecto que muestra su vida?
Las niñas con mucha naturalidad. Al tener el taller en casa estoy trabajando y lo dejo todo para cenar con ellas, luego vuelvo... Además lo hacemos todo entre todos.O mi madre que se pone a podar hortensias para hacer las coronas... Ellas son modelos de la marca y llevan orgullosas ropa de la marca de su familia. Es su forma de colaborar y ayudar en algo que es un poco de todos. Y mis padres también. Al principio éramos incrédulos. Lo que queremos es transmitir un estilo de vida, de vida en familia. Aunque vamos todos los días a Pontevedra las niñas se crían en el campo. Nuestra casa está siempre llena de gente, las puertas están abiertas para recibir a todo el mundo. Esto es lo que realmente nos gusta transmitir. Somos muy hormiguitas todos tenemos nuestro trabajo y le dedicamos a esto nuestro tiempo libre porque nos gusta.
¿Se imaginó alguna vez dedicándose a la moda?
No. Hace años trabajé mano a mano con la gente del comercio local y la hostelería, conozco su realidad y sus necesidades de primera mano y algo que siempre qiuse es apoyarlos y darles visibilidad, pero el tema de las flores y la moda nunca me lo hubiera imaginado.
