Los pellets hallados en la playa de Praceres, en Pontevedra, y gran parte de las muestras recogidas en el arenal de A Lanzada no proceden del vertido de microplásticos del Toconao.
Así se desprende de un informe oficial al que ha tenido acceso Diario de Pontevedra y que, tras analizar una muestra procedente del barco que originó la crisis medioambiental y compararla con los residuos recogidos en el fondo de la ría de Pontevedra y en la playa de A Lanzada, concluye que en el primero de los casos los componentes no coinciden, es decir, no proceden del vertido, y en el segundo, solo parte de los pellets encontrados se corresponden con los microplásticos del barco que provocó la crisis medioambiental.
Los análisis se realizaron en el laboratorio de Química Analítica Aplicada de la Universidad de A Coruña, donde se estudiaron tres muestras: una primera procedente de un saco recogido intacto para emplear sus resultados como referencia, y dos más halladas en la playa de A Lanzada, en O Grove, el pasado 12 de enero.
Una segunda muestra procedente del mismo arenal presentaba residuos que, prácticamente en su totalidad, respondían físicamente a las características del vertido. Una vez analizados algunos de estos microplásticos, se ratificó la coincidencia positiva en todos los casos.
Las muestras recogidas en Os Praceres no coinciden
Un segundo informe correspondiente al análisis de pellets recuperados en la playa pontevedresa de Os Praceres con fecha de 17 de enero, concluye que nueve de ellos fueron identificados como polipropileno y uno más fue identificado como polietileno, pero sin mostrar las características del aditivo Tinuvin 622 que se asocia al vertido. Por tanto, no se puede establecer la coincidencia de la muestra con la carga del Toconao.
El análisis observa que algunos pellets estaban recubiertos de un material negro con apariencia de hidrocarburos por lo que serán sometidos a nuevos estudios.
Polietileno y el aditivo Tinuvin 622
La composición química de los pellets obtenidos del saco procedente del buque Toconao se identifica como una mezcla de polietileno (un plástico que se emplea para la elaboración de bolsas y envases de plástico, entre otros) y Tinuvin 622, un estabilizante de luz ultravioleta. Según el informe del Laboratorio Química Analítica Aplicada de la UDC, "de acuerdo con las informaciones derivadas de las fichas de seguridad y certificaciones de producto aportadas por el fabricante", el Tinuvin 622 es el aditivo principal de la mezcla comercial conocida como UV9000 – UV Masterbatch. Esta sustancia, según el estudio encargado por la Xunta al Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial (CETIM), "no es una sustancia o mezcla peligrosa" y "cumple con la normativa europea sobre materiales destinados a entrar en contacto con alimentos".
