La sequía adelanta la vendimia a "primeros de septiembre" en las Rías Baixas

La previsión de la D.O: Rías Baixas de recoger 41,3 millones de kilos de uva podría pecar de optimista porque a la falta de lluvias se han sumado heladas, plagas y el agotamiento de la vid ► "Esta campaña ha sido un pulso constante", advierte la gerente de Mar de Frades

<p> Un trabajador en la vendimia. JLO </p>
photo_camera <p> Un trabajador en la vendimia. JLO </p>

La sequía que azotó las Rías Baixas durante el último mes y medio no solo ha obligado a cerrar el grifo y vigilar consumos en hogares y empresas. El campo también ha sufrido y sufre en primera línea los efectos de la falta de lluvias y, como era de esperar, el sector de la viticultura no ha salido indemne del fenómeno.

Por suerte gran parte de las plantaciones de la comarca han resistido con bastante entereza la situación de seca prolongada, pero algunas han sufrido "más pérdidas" que otros años a causa de las altas temperaturas y la inmensa mayoría de los viticultores han tenido que reprogramar sus planes. El calor ha adelantado el proceso de maduración de la uva por lo que, casi con toda probabilidad, la vendimia será adelantada "entre siete y diez días" respecto a la última campaña. Así, algunas bodegas activarán las presas a primeros de septiembre y otras en las siguientes dos semanas, en función de la situación y ubicación de las plantaciones.

Causas y efectos

El director técnico de la Denominación de Orixe Rías Baixas, Agustín Lago, explica que el adelanto de la cosecha se debe a las condiciones climatológicas, aunque matiza que el proceso de maduración se ha acelerado sobre todo en las últimas semanas, "cuando tuvimos unas temperaturas más normales" y no tan exageradas como las que tuvieron lugar en julio.

Agustín Lago, Técnico de la D.O. Rías Baixas

"Si el calor es demasiado elevado produce una parada vegetativa (...) sería bueno que lloviese más"

Según dice, el calor facilita el desarrollo de los racimos, pero si es "demasiado elevado produce una parada vegetativa" de la vid. Por eso, es positivo que el termómetro se haya relajado y que las lluvias hayan hecho acto de presencia en las viñas, donde han caído como agua de mayo. "Probablemente incluso sería bueno que lloviese más, porque la lluvia mejora el estado de la planta y la maduración", añade.

Los datos recopilados hasta la fecha revelan que de las cinco subzonas que abarca la Denominación, la de O Rosal es la que ha acusado con más intensidad los efectos de la sequía con pérdidas de hasta el 10%. En cambio, las otras cuatro (Condado del Tea, Ribera del Ulla, Soutomaior y Val do Salnés) han sorteado mejor el cambio climático y "la mayoría de las plantaciones han aguantado bastante bien la sequía".

El kilo supera los dos euros
Las bodegas más recientes que no tienen suficiente producción ni garantía de suministro están ofreciendo, según fuentes consultadas, más de dos euros por kilo de uva. Un precio más alto que otros años que, fundamentalmente, se debe a que más del 90% de la producción ya está contratada durante varios años por las diferentes bodegas.

Fuera químicos
La madurez de la uva ha llevado a las grandes bodegas a ordenar la suspensión de los tratamientos químicos para garantizar que en el momento de la vendimia no exista ningún tipo de residuo. Así lo anunció ayer la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, que aconseja comprobar la evolución de algunas enfermedades típicas de la vid como el mildiu, el oídio o el estrés hídrico.

Volumen de cosecha

Lago estima que lo más probable es que la vendimia se adelante a "primeros de septiembre", aunque por el momento no se aventura a perfilar fechas ni pronósticos de recolección.

El Informe de Estimación de Cosecha presentado hace dos semanas en el Pleno del Consejo Regulador de la D.O. estimaba que este año se podrían recoger 41,3 millones de kilos, dos menos que la anterior campaña. Sin embargo, el gran escollo es que esta previsión fue realizada a principios de julio, sin saber hasta dónde llegaría la seca, por lo que es posible que la recolecta real se quede por debajo de este umbral; más aún, cuando la ausencia de agua no ha sido el único desafío de esta edición.

Desafíos

Paula Fandiño, gerente y enóloga de la bodega Mar de Frades, asegura que todavía no es posible valorar el impacto de la sequía ya que, entre otras cosas, "aún quedan dos semanas por delante en las que la viña va a seguir recuperándose". No obstante, asevera que "esta campaña ha sido un pulso constante" en el que los viticultores han tenido que plantar cara a una cascada de incidencias. Primero a la helada, "que ha afectado al valle de O Salnés y la zona del Ulla", luego a las plagas que ya tienen por costumbre chafar parte de la producción, "sobre todo el mildiu", y finalmente a "la sequía".

Paula Fandiño, Gerente de Mar de Frades

"En nuestro caso prevemos que la cosecha bajará más de un 5% en comparación a la campaña anterior"

Además, se suma el condicionante de que después de una vendimia intensa como la del año pasado (en la que Rías Baixas autorizó elevar el rendimiento hasta los 13.500 kilos por hectárea), "la cepa está más cansada y genera menos uva en parte de los viñedos". Por todo ello, Fandiño calcula que al menos en el caso de Mar de Frades la cosecha caerá "más de un 5%" respecto al año anterior.

Graduación

En otro orden de cosas, la gerente señala que la bodega ya ha empezado a hacer controles de madurez y ha visto que la uva tiene entre 7,5 y 8 grados de alcohol, una graduación "más alta de lo normal" para estas alturas del año. La climatología de los próximos días determinará el momento de elevar anclas, pero que si todo transcurre según lo previsto la bodega podría comenzar la vendimia de la uva base "a finales de agosto" y la vendimia tradicional el "5 de septiembre". Una fecha que posiblemente compartirán muchas de las 176 bodegas que están adscritas a la D.O. Rías Baixas, en la que trabajan más de 5.000 viticultores.

"Cada ano hai menos mano de obra" 
El secretario de Unións Agrarias en la comarca de O Salnés, Manuel Ángel Dopazo, afirma que el déficit de personal que acusan las bodegas para poder vendimiar no solo se ha cronificado, sino que "cada ano hai menos mano de obra".

Las bodegas de las Rías Baixas han comenzado a reclutar temporeros pero, según indica el portavoz sindical, "moitas atopan que a xente xa está colocada e que outra non quere traballar". Esto obliga a recurrir a las ETT y con el agravante de que "cada vez o custe laboral é máis alto, porque hai máis demanda que oferta".

Es difícil "fidelizar" 
Las firmas consultadas confirman que existen "muchas dificultades para encontrar personal" y que es "muy difícil fidelizar a los vendimiadores de un año para otro porque es un trabajo muy puntual". En el caso de la bodega Mar de Frades, que contrata cada año a cerca de 120 personas para la campaña de la vendimia, "es raro que repitan más de un 10%", señala su gerente, Paula Fandiño.