Esa combinación, la de ofrecer los repertorios más actuales junto a la utilización de unos increíbles medios técnicos y audiovisuales, son los ingredientes perfectos para conseguir el éxito.
De hecho, algunas formaciones cuentan con un auténtico fenómeno fan. Gente que les sigue a cada uno de los conciertos y que se desplaza kilómetros y kilómetros con tal de disfrutar de su baile y su música.
"Mayoritariamente el público que hace esto son las generaciones nuevas. Los chicos jóvenes de 16 años, por ejemplo, que prefieren venir a la verbena antes que ir a un pub porque en la orquesta no tienen derecho de admisión, y además, las canciones que tocamos les encantan", señala Víctor Antón, que insiste también en que esta pasión no entiende de edades.
"Aunque las orquestas se están poniendo cada vez más de moda entre la juventud, lo bueno que tienen estas actuaciones es que en ellas conviven a la perfección nietos, padres y abuelos, y todos disfrutan muchísimo de estos espectáculos", añade.
Y ¿hasta dónde llega este fenómeno de masas? Las orquestas más potentes suelen reunir en sus actuaciones a unas 4.000 o 5.000 personas entre el público, aunque esta cifra puede llegar a multiplicarse por 10 en algunos conciertos.
En mayo, París de Noia hizo un concierto en Valladolid y consiguió reunir a 50.000 personas. Es una barbaridad
"En el mes de mayo, París de Noia hizo un concierto en Valladolid y consiguió reunir a 50.000 personas. Es una barbaridad", confirma el gerente de Gaias Eventos, empresa que aglutina a unas 60 formaciones, las cuales tienen programadas de momento para este 2023 hasta 3.500 actuaciones.
"Este está siendo un año de mucha concentración de orquestas, algunas de hecho ya tienen el cupo cubierto para todo el año", explica Antón.
Remuneración variable
Con toda esta información sobre la mesa, no es de extrañar que el caché de algunas orquestas se semeje bastante a lo que demandan algunos de los artistas más importantes del panorama nacional.
Los precios varían en función de infinidad de condicionantes: el prestigio de la orquesta, la antelación con la que se reserve la actuación, el día de la semana en la que se celebre, la demanda que haya para esa jornada, el desplazamiento... Teniendo todo esto en cuenta, la remuneración de las agrupaciones pueden oscilar entre los 2.000 euros y los 20.000, llegando a superar esta última cifra en algunas ocasiones especiales.
"Evidentemente si nos contratan un concierto para dentro de 15 días, casi nos ajustamos a lo que nos ofrecen, y si es algo de última hora, se suele hacer alguna rebaja", apunta Víctor Antón.
Más de 20.000 puestos de trabajo
Durante la pandemia se demostró que las orquestas son un activo económico importantísimo en la sociedad gallega, y prueba de ello es la gente que trabaja directa e indirectamente para ellas.
La gente joven prefiere ir antes a una verbena que salir por un pub o una discoteca
Una agrupación musical de este tipo suele tener unos 20 componentes encima del escenario, aunque a esta cifra hay que sumar a los técnicos de luces, de sonido, de montaje... con lo que la cifra final de personas que forman parte de una de estas formaciones suele rondar las 40.
Sin embargo, a este dato hay que añadir también todas las empresas auxiliares que viven profesionalmente de la verbena a lo largo de todo el año.
"En las orquestas trabajamos con talleres, con gestorías, con tiendas de ropa... con todo lo que nos surge como industria primaria. Y hay una serie de empresas auxiliares que trabajan en la verbena, como pueden ser los que se dedican a la pirotecnia o a la parte eléctrica", explica Víctor Antón.
"Por no hablar", añade, de "todas las empresas de servicios que hay en torno a la verbena, como pueden ser los pulpeiros o hasta los que montan las vallas de los recintos".
De este modo, "los trabajos directos que generan las orquestas pueden rondar los 5.000 puestos y, teniendo en cuenta las empresas auxiliares, podríamos estar superando los 20.000 puestos indirectos".