Del aula a la batea

Un recorrido por las aulas del centro de formación referente en acuicultura y buceo en todo el país
Alumnos del Igafa vuelven de la batea con moluscos para extraer la semilla. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Alumnos del Igafa vuelven de la batea con moluscos para extraer la semilla. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Bernardo Fernández, profesor del Igafa, en una clase sobre peces. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Bernardo Fernández, profesor del Igafa, en la clase sobre peces. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Clase sobre bienestar animal
En la clase de Manuel los alumnos y alumnas de primer año colocan una serie de elementos en un tanque con peces. El profesor llama la atención sobre el resultado, mientras que en un tanque sin ningún tipo de elemento los peces nadan en círculos sin parar, en este otro juegan entre los tubos y las cuerdas. «No sé si son más felices pero están más activos», observa.

En la asignatura de cultivo de moluscos los alumnos aprenden a obtener la semilla de cada especie para su cultivo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Los alumnos aprenden a obtener la semilla de cada especie. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Criadero de moluscos
Alumnado de la clase de Criadero de Moluscos limpia las ostras recién cogidas en la batea del Igafa, y tratan de obtener la semilla para plantar de nuevo. Las limpian primero con un pequeño cepillo y tratan de coger las larvas para engordarlas y llevarlas a la batea. «En ocasiones se las cedemos a la cofradía», explica el director. La relación con el sector es constante.
 

Los estudiantes del ciclo de Buceo aprenden a soldar en el exterior para luego hacerlo bajo el agua. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Los estudiantes del ciclo de Buceo aprenden a soldar en el exterior. J.L. OUBIÑA

Soldadores bajo el mar
En el ciclo de Buceo, el alumnado se prepara para trabajar en plataformas submarinas. En la imagen, una clase de soldadura. Primero practican en tierra, después se sumergen a varios metros de profundidad bien en el pozo o en la piscina del centro para repetirlo. Es uno de los dos centros que tiene esta especialidad en toda España.
 

Alumnos del Igafa separan las especies que quieren cultivar de las depredadoras. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Alumnos separan las especies que quieren cultivar de las depredadoras. J.L. OUBIÑA

El botín de la batea
Una mañana de octubre, el temporal hace que acabe antes la clase en la batea. Los alumnos recogen las nasas cuanto antes y vuelven a tierra. En las instalaciones separan la semilla de los moluscos que van a criar de otras especies como los erizos o las estrellas de mar. En el futuro podrán trabajar en acuarios, criaderos o montar su propia empresa de producción.
 

El director del Igafa, Ventura Villar, muestra la cámara hiperbárica del centro. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
El director del Igafa, Ventura Villar, muestra la cámara hiperbárica. J.L. OUBIÑA

Cámara hiperbárica
Solo hay tres cámaras hiperbáricas en toda Galicia y una de ellas se encuentra en el Igafa. El motivo es que el alumnado de Buceo pueda utilizarla después de realizar trabajos subacuáticos aplicando las distintas técnicas de inmersión y normas de seguridad. Aprenden a manejar equipos, herramientas y plantas de buceo.

Un bogavante en el criadero del Igaf llama la atención por su intenso color azul. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
Un bogavante en el criadero del Igafa de un intenso color azul. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Curiosidades de moluscos y crustáceos
El alumnado estudia crustáceos como el bogavante. Algunos tienen la coraza de color azul eléctrico o añil y llaman la atención en sus cubetas por su enorme tamaño. «Este que veis aquí tiene dos años», dice señalando a otro de apenas unos centímetros. Villar cuenta que los bogavantes más viejos son los que mejor se reproducen, por eso en EE. UU. está vedada su captura.